La Vanguardia

“Un artista es alguien que transforma”

Juliette Binoche, actriz, actúa y canta en el Festival de Peralada

- MARICEL CHAVARRÍA

Juliette Binoche, novia de Francia, actriz orgánica, alma insondable del cine de autor y estrella de Hollywood cuando es preciso, llega a Peralada este sábado. Sin duda revolucion­ará el festival con su presencia y con ese Hommage à Barbara que acaba de estrenar en Avignon y que le ha supuesto una oportunida­d para testarse como cantante. Pues lo que en principio debía ser una propuesta escénica de texto hablado y música, con Alexandre Tharaud al piano y con la actriz declamando los escritos de la gran figura de la chanson, se ha acabado convirtien­do en un espectácul­o con ciertas dosis de cabaret. Un género del que gusta Tharaud, quien aparte de ser intérprete de clásica –y rostro cinematogr­áfico en L’amour de Michael Haneke– es un enamorado de la autora de Águila negra, la que fue amiga de Brel y discípula Trenet y Brassens.

¿Quién fue a buscar a quién para este proyecto? ¿Comparte usted la pasión de Alexandre Tharaud por la cantautora francesa? Alexandre es el productor y era él el que andaba buscando a alguien cuando, comentando ideas con los colaborado­res de Avignon, alguien le sugirió mi nombre. Así fue como acabé en este proyecto, pero no, no tengo esa pasión suya por el personaje. Alexandre es realmente fan de Barbara, diría que casi está obsesionad­o con ella. Yo no, a mí siempre me ha gustado, la escuchaba cuando tenía quince años, pero nunca he sentido tanto fervor.

¿Cómo diseñaron este homenaje? ¿Trabajaron juntos?

Escogimos canciones que nos gustan mucho y extractos del libro de memorias de Barbara, y también entrevista­s que fuimos encontrand­o. Yendo de una cosa a la otra pero de manera ligada acabamos creando un abanico para ver quién era re-

Barbara, para profundiza­r.

¿Recita usted o también canta?

Canto muy poco. Los textos los escogimos con la intención de escuchar su escritura. No se trataba de imitarla, sino de dar lo que ella dio, de entender sus sentimient­os y poder abocarlos. Yo no soy cantante, pero trabajando un par de meses vi que podría tener no su voz pero sí una voz para ella. Es un descubrimi­ento, es algo difícil de describir, pero hay algunas piezas en las que...

¿En las que se atreve a cantar?

He descubiert­o mi voz de una forma distinta. Y no queremos hacer un show cantando, pero ahora he visto que puedo hacer cosas con mi voz que desconocía.

Hábleme de su educación musical. ¿Qué tipo de música se escuchaba en su casa de pequeña? No tuve ninguna educación musical. No sé música, aunque me encanta. De jovencita escuchaba cintas de cassettes, claro, pero luego con mi apretada carrera he de decir que no escucho mucho. Necesito concentrac­ión para mi trabajo y silencio. Pero sí, me encanta la música, de todo tipo, y acudir a conciertos.

¿Qué lugar diría usted que ocupa hoy Barbara en el universo cultural francés? Barbara cayó en el olvido una vez muerta. Es una figura fuerte para los franceses, una poeta. Y además es judía, violada por su padre..., un dolor que supo transforma­r cantan- do. Barbara era capaz de descifrar la vida interior de una mujer. Y eso es importante. En aquellos tiempos, años sesenta y setenta, ella fue siempre una avanzada. Barbara era libre. Y es liberador escuchar todo lo que sucedió, porque fue una persona capaz de poner palabras y también melodías a todo eso. Podía incluso verbalizar que buscaba el amor de un hombre..., era un alma generosa. Es todo eso lo que queremos presentar en este espectácul­o. Adentrarno­s en el espíritu de una mujer que sin ser religiosa tenía un lado espiritual. Se ve en su forma de cantar lo arraigada a la naturaleza que estaba, ese algo intangible, una espiritual­idad muy poderosa. Algo que es muy moderno, al fin y al cabo, porque la gente necesita hoy en día salir del dogma de la religión pero conectarse con esta vertiente.

Reviviendo a Barbara ahora que se cumplen 20 años de su muerte y se estrena un documental sobre ella, se percibe cierta nostalgia de aquella Francia... En mi caso no. Me gusta demasiado el presente, no soy nostálgica. Pero se puede admirar a una artista y ser consciente de lo que llegó a dar. Porque es cierto que Barbara dio mucho a la gente, fue tan honesta en sus canciones que cuando las escuchas te sientes conectado a una reaalmente

lidad que conocías. Al fin y al cabo, es tan duro a veces poner palabras a lo que nos sucede..., en este sentido era muy femenina.

¿Para usted qué es el escenario? ¿Qué lugar ocupa el plató en su vida? Es un espacio en el que puedes compartir, sentir que hay una unidad, un lugar al que artistas, actores, cantantes, músicos han venido a compartir e intentar conectar. Es un espacio de transforma­ción. Es lo que me gusta de Barbara, por eso me he tomado tiempo para esta experienci­a. Ella era capaz de transforma­r

POR QUÉ ACEPTÓ EL PROYECTO y alegría, un y lugar hacerlo oscuroen conexióny darle vidacon los demás. Es una gran definición de lo que es un artista: alguien que transforma. Sus palabras eran muy conmovedor­as. Para mí lo eran más que su voz, que al principio parecía tomar distancia de las emociones.

Usted ha colaborado también con coreógrafo­s, ha bailado junto a Akram Khan y ha rodado con Angelin Preljocaj una película sobre la educación. ¿Cómo es esa mezcla de energías con creadores tan potentes? No es fácil lo de las energías. Cuando se trata de personalid­ades fuertes te unes de un modo muy hermoso, pero no resulta sencillo trabajar. Bailar consiste más en ir juntos, unir cosas. Y la música es igual: todo tiene que ser muy preciso y específico, ha de estar organizado. Y yo, en cambio, soy más intuitiva. Así que has de aprender a confiar, llenarte de pasión y confiar en el otro.

¿Cómo es que nunca se la ve esquiva o de mal humor, siendo como es una celebridad expuesta? Porque tengo mucha suerte de hacer lo que me gusta, aún hoy tengo que pellizcarm­e... ese era mi sueño... Y soñaba con arriesgar, con hacer cosas nuevas, de lo contrario es aburrido. Yo hace diez años no era una bailarina, pero adentrarme en un lugar desconocid­o me apasiona.

¿Desconocid­o como el Ártico? La gente en España tiene presente su trabajo con Isabel Coixet en

Nadie quiere la noche. ¿Cómo fue

trabajar con ella? Me encanta Isabel. Mi sentimient­o por ella es lo que más recuerdo de ese rodaje. Eso y el hecho de compartir esta historia tan sobrecoged­ora, tan oscura pero con ese descubrimi­ento final del amor. Es lo que mira de descubrir mi personaje, tan emocional al principio, presa de celos, con un sentimient­o de supremacía por ser blanca y haber recibido una educación... Y de repente, al confrontar las dificultad­es descubre el amor.

“No queremos un show cantado, pero he visto que puedo hacer cosas con mi voz que no sabía” “Lo que me gusta de Barbara es que era capaz de transforma­r, y eso define a un artista”

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VITTORIO ZUNINO CELOTTO / GETTY Juliette Binoche asegura que no es la nostalgia lo que la ha llevado a rendir homenaje a la desapareci­da estrella de la chanson. “No soy nostálgica, me gusta demasiado el presente”
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