España prohibirá las bolsas de plástico de un solo uso en el 2020
El Gobierno, previamente, exigirá que se pague por ellas en el 2018 y el 2019
Las bolsas de plástico convencionales de un solo uso quedarán prohibidas en España a partir del 1 de enero del 2020. A partir de esa fecha, sólo se podrán utilizar bolsas reutilizables o compostables, que se entregarán en los comercios, pero previo pago de un precio. Mientras tanto, en los dos próximos años (hasta el 2020), los distribuidores y comerciantes deberán cobrar al consumidor por la bolsa convencional. Así lo recoge el proyecto de real decreto del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente que
Una bolsa tiene un uso útil medio de 12 minutos y puede tardar hasta 500 años en descomponerse
transpone la directiva comunitaria sobre reducción del consumo de bolsas de plástico.
El Ministerio ha hecho un cambio radical en su planteamiento. Inicialmente había previsto exigir el cobro obligatorio de las bolsas de plástico y fijar unos precios mínimos según el espesor de la bolsa. Sin embargo, tras el proceso de participación y consulta pública, ha elaborado una segunda versión del decreto en que prohíbe las bolsas de plástico ligeras a partir de 2020, excepto las compostables. Ha pasado de adaptar tarde la directiva europea –tenía que haberlo hecho antes de noviembre del 2016– a presentar el proyecto más ambicioso para poner fin a la proliferación de bolsas de plástico de un solo uso.
Su plan tendrá dos etapas. En los dos próximos años (2018 y 2019) quedará prohibida la distribución gratuita de las bolsas de plástico ligeras (con un espesor entre 15 y 50 micras, las más comunes). Los distribuidores deberán cobrar por ellas un precio. La excepción serán las bolsas compostables (degradables), que podrán seguir siendo gratuitas en esta primera fase.
En una segunda etapa, a partir de enero del 2020, quedará prohibida la venta de bolsas convencionales de plástico ligeras y fragmentables (de un solo uso). Se permitirán, eso sí, las bolsas más gruesas (de más de 50 micras), que “por sus características, permiten una mejor reutilización”, y que podrán seguir siendo entregadas en los comercios previo pago de un precio. No obstante, deberán incorporar al menos un 30% de plástico reciclado.
También tendrán un coste las bolsas compostables de entre 15 y 50 micras. En cuanto a las bolsas de sección muy ligeras (de menos de 15 micras) usadas en la compra a granel (fruta, carne), se seguirán repartiendo gratis aunque a partir del 2020 deberán ser compostables.
Este vuelco ha estado influenciado por un dictamen de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que desaconsejó fijar un precio a la bolsas de plástico, pues “se podría producir un enriquecimiento de los distribuidores de bolsas de plástico”, señala Javier Cachón de Mesa, director general de Calidad, Evaluación Ambiental y Medio Natural. “Hemos cambiado
de criterio y decidido prohibir las bolsas convencionales ligeras y fragmentables porque existe un consenso social y político de que los plásticos son un problema ambiental serio, que acaban fragmentándose y ensuciando las ciudades, los ríos, los campos, las playas e, incluso, los fondos marinos”, explica Javier Cachón. Esta opción estaba recogida en la directiva europea y a ella se han acogido otros países.
El hecho se produce justo cuando la Generalitat acaba de exigir por ley un precio para todas las bolsas de plástico (gran superficie y pequeño comercio). Sobre este punto, Cachón de Mesa afirma que la nor- mativa catalana puede adaptarse, “y no creo que comporte ningún problema”.
Las bolsas de plástico tienden a dispersarse como basura transportadas por el aire, debido a su reducido peso, lo que provoca la contaminación de las masas de agua, las riberas del mar y de los ríos y el medio terrestre. Los efectos sobre el medio ambiente se agravan cuando las bolsas fragmentadas se disgregan en pequeñas partículas que son ingeridas por seres vivos. Una bolsa de plástico tiene un uso útil medio de 12 minutos y puede tardar hasta 500 años en descomponerse en el medio ambiente. Sólo el 35% de ellas se deposita en los contenedores amarillos para su reciclaje.