El sexo después de los 50 es importante para las mujeres, según la justicia europea
El Tribunal de Derechos Humanos obliga a Portugal a indemnizar a una paciente
Para las mujeres, el sexo más allá de los 50 sigue teniendo valor. Lo reconoció ayer el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al rechazar una polémica sentencia de la justicia portuguesa que consideraba lo contrario.
Los jueces de Portugal habían reducido la indemnización que un hospital debía pagarle a una mujer tras una negligencia médica que le ha impedido mantener relaciones sexuales normales desde entonces. El argumento de los magistrados era que, a su edad, “el sexo no es tan importante”.
Maria Morais tenía 50 años y dos hijos cuando se sometió a su operación ginecológica por un problema menor. Sin embargo, se produjeron complicaciones en la operación que le causaron secuelas crónicas.
En un primer momento la paciente ganó el juicio y el hospital se vio obligado a compensarle por los daños físicos y psicológicos causados. Pero el centro consiguió reducir a un tercio la cuantía de la multa cuando apeló esa primera sentencia. El último fallo del tribunal –compuesto por dos hombres y una mujer de entre 56 y 64 años– consideró que la indemnización debía ser menor, porque la intervención quirúrgica sucedió “a una edad en la que el sexo no es tan importante como en otras edades más jóvenes”.
Justificaron incluso su decisión diciendo que Morais “probablemente sólo tenía que cuidar de su marido, dado que los hijos eran mayores. La mujer, además, ya sufría depresión y dolor antes de la operación, por lo que los jueces portugueses consideraron que la operación “sólo agravó una difícil situación previa”.
La decisión provocó mucha controversia en Portugal, hasta el punto de que una asociación de mujeres juristas llegó a acusar al tribunal de crear una “jurisprudencia talibán”.
La Corte Europea de Derechos Humanos culpó ayer a los jueces portugueses de actuar en base a una “discriminación de género”. En su opinión, violaron el derecho de Morais al respeto de su vida privada y familiar. Ignoraron “la importancia física y psicológica que el sexo tiene para el bienestar personal de la mujer”, explica la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, para quien las consideraciones de la justicia lusa “demuestran los prejuicios que prevalecen en la judicatura de Portugal”.
Una opinión que fundamenta, además, al recordar otros dos casos similares que ocurrieron en Portugal en 2008 y 2014 que afectaban a dos hombres que, igual que le ocurrió a Maria Morais, también sufrieron complicaciones médicas. Ante estos dos sucesos, el Tribunal Supremo dictaminó que el hecho de que ya no pudieran mantener relaciones sexuales con normalidad había afectado a su autoestima y les había provocado un “problema mental”, independientemente de su edad o de que tuvieran hijos.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos obliga en su sentencia de ayer –que no se adoptó por unanimidad– a que Portugal indemnice a Maria Morais con 3.250 euros por los daños causados y 2.460 euros por los costes que le ha generado el juicio.
Vítor Parente Ribeiro, el abogado de la mujer, celebró ayer la sentencia porque “va a contribuir a la evolución de un sistema judicial muy retrógrado” y está dispuesto a reabrir el caso en su país y lograr una compensación mayor. Aunque lamentó el hecho de que, a sus 72 años, Morais sufra ahora demencia progresiva y difícilmente podrá comprender el alcance de la decisión del Tribunal de Estrasburgo.
La afectada no ha podido mantener relaciones sexuales desde hace años por las secuelas de una cirugía