Alerta por el aumento de los trabajadores pobres
Las Entitats Catalanes d’Acció Social reiteran que la oferta laboral anclada en la precariedad atasca el ascensor social
Las Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS) alertaron ayer de que, a pesar de la recuperación económica, la tasa de riesgo de pobreza en el trabajo ha pasado del 8,6%, al inicio de la crisis, al 12% del año pasado. “La situación ha cambiado; antes, tener un empleo era un recurso para salir de la pobreza y de la exclusión; ahora ya no, pues no todo el trabajo es digno. Las cosas no serán nunca más como antes”, reflexionaba Teresa Crespo, presidenta de ECAS, en la presentación del informe Insocat (Indicadors Socials a Catalunya).
Una creciente oferta laboral anclada en la precariedad atasca el ascensor social. La temporalidad y unos salarios muy bajos se traducen en que el 12% de las personas con trabajo sean pobres y no lleguen a final de mes. Casi el 22% de los contratos son eventuales, porcentaje que en el caso de los jóvenes de entre 16 y 24 años se dispara hasta el 68%.
Aun así, el estudio indica que las cifras no reflejan la gravedad de la situación. El día a día de las entidades que forman parte de ECAS constata que los colectivos en riesgo de exclusión están en muchos casos en un callejón sin salida. Crespo plantea la necesidad de revisar algunos parámetros que radiografían la pobreza al considerar que se han quedado obsoletos, lo que se traduce en que “hay personas que viven con un gran nivel de desprotección que los datos actuales no son capaces de registrar”.
Al igual que han reflejado informes de distintas entidades sociales en los últimos meses, el de ECAS subraya la cronificación de la miseria. En los últimos seis años la tasa Arope (indicador que determina la proporción de población que se encuentra en una situación de riesgo de pobreza o de privación material severa o que vive en hogares con una intensidad muy baja de trabajo) ha pasado del 24,7% del 2010 al 22,5% del 2016, porcentaje que se eleva hasta el 56,8% en el caso de los parados, y en el 45,3%, en el de los inmigrantes.
Otros datos preocupantes son que el 56,5% de las personas en el paro hace más de un año que buscan sin éxito un trabajo. También, que los índices más elevados de mortalidad y de distintas patologías se encuentran entre los colectivos más frágiles. Así, la tasa de mortalidad entre los hombres menores de 65 años con el subsidio de paro agotado es de 2,39 por 1.000 habitantes (1,06 las mujeres), mientras que en los que tienen rentas superiores a los 100.000 euros baja al 0,6 (0,58 las mujeres). Los ciudadanos mayores de 65 años con ingresos inferiores a los 18.000 euros registran el doble de suicidios que los que superan esta cifra. ECAS subraya que en contextos de crisis económica se ha documentado el aumento de los suicidios o de enfermedades relacionadas con la salud mental en las personas con dificultades a la hora de encontrar o mantener un empleo o para poder pagar la vivienda.
ECAS plantea revisar algunos parámetros que radiografían la pobreza al considerar que se han quedado obsoletos