Otro gran japonés
Nomo Sarrià, oriente en una finca barcelonesa del XIX
La cocina japonesa –japo para los amigos– está muy de moda. Quizás casi demasiado, ya que parece que cualquier hijo de vecino se atreve a montar un restaurante japonés. En realidad es una cocina saludable, agradable y a un precio asumible. Pero en ocasiones una mayor ración de wasabi o soja disimula la mediocridad de algún producto.
A finales del 2008, 5 a Taula ya les descubría a nuestros lectores un singular establecimiento de cocina japonesa, el Nomo, ubicado al principio de Gran de Gràcia. Dijimos que el concepto prometía ya que se trataba de un proyecto fresco e innovador, diferente a lo entonces existente y el grupo ha cumplido sobradamente las expectativas.
Siguieron el Kuo, también en Barcelona, el Far Nomo y el Jani, en Llafranch y recientemente el Nomo Sarrià, ubicado en una sensacional, histórica y catalogada finca del siglo XIX. Además su tienda y servicio de catering les permite llegar a un amplísimo sector del mercado.
Los hermanos Molina-Martell y su cuñado Ramón son grandes emprendedores y tuvieron la habilidad de incorporar desde el primer momento al sushiman Naoyuki Haginoya y conjuntamente han ido desarrollando una experiencia gastronómica japomediterránea con algún guiño a la cocina peruana (ceviches) y a la italiana (pastas). Una de sus grandes habilidades ha sido ofrecer sabores orientales con ingredientes locales y adaptados.
En esta nueva ubicación, al tratarse de una antigua residencia familiar, el espacio está distribuido en diferentes y acogedoras salas y un patio interior con un tradicional pozo de agua. Una gran barra domina parte del local y sirve para que a la vista de todos los clientes se prepare sushi y sashimi. El sótano (antigua bodega) es un espacio más íntimo, con techo de bóveda y pequeñas mesas. Disponen de una buena selección de vinos elegidos a conciencia para crear una gran armonía con la gastronomía japonesa.
Servicio de sala joven, eficaz y servicial. ¿Qué más quieres?