El alcalde accidental califica el asalto al bus de “atentado a la convivencia”
Una treintena de entidades económicas exigen a Colau que actúe para frenar la turismofobia
El asalto al bus turístico de Barcelona por parte de cuatro encapuchados de Arran, organización vinculada a la CUP, fue calificado ayer por el alcalde accidental, Jaume Collboni, de “atentado a la convivencia”. Esta reacción contrasta con la tibieza con que los comunes, socios de gobierno del PSC, reaccionaron inicialmente al ataque. Por su parte, una treintena de entidades de pequeños y medianos empresarios firmaron ayer una carta pidiendo a la alcaldesa Ada Colau que frene la turismofobia.
El socialista Jaume Collboni quiso ayer poner fin a los titubeos del gobierno de la alcaldesa Ada Colau ante el ataque perpetrado el pasado jueves por cuatro encapuchados a un Bus Turístic en las inmediaciones del Camp Nou. El segundo teniente de alcalde, que ayer mismo se estrenó como alcalde accidental, calificó el asaltado reivindicado por las juventudes de la CUP de “atentando contra la convivencia y el civismo”. Y añadió que, aparte de una manifestación de turismofobia, el asalto fue también una muestra de pura xenofobia.
“Barcelona es una ciudad democrática y abierta en la que no caben actos como los que hoy nos ocupan”, dijo Collboni, quien anunció que ya dio instrucciones a los servicios jurídicos para que estudien cómo debe el Ayuntamiento personarse en la causa contra los autores del asalto. La contundencia en la condena de Collboni contrasta con el proceder los comunes desde que el jueves se produjo el incidente, que primero minimizaron y ante el que, después, tardaron en reaccionar.
Su actitud no ha propiciado precisamente que amainara la tormenta política, sino más bien todo lo contrario. Además, la preocupación entre el pequeño y mediano empresario, enfrentado por diversas razones al gobierno de la ciudad, no hace otra cosa que crecer.
Y es que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) no presentó hasta ayer la correspondiente denuncia de los hechos. La empresa municipal tardó cuatro días en recopilar toda la información concerniente al asalto y en calcular el coste de reparar los neumáticos pinchados, limpiar la luna pintarrajeada y dejar el vehículo en las cocheras durante el resto de aquella jornada: 1.849,24 euros.
Ayer los grupos de la oposición volvieron a atacar con mucha dureza al gobierno municipal. El golpe de timón de Collboni se les antoja tardío e insuficiente. Unos prefieren poner el dedo en la descoordinación del equipo de BComú, en que el concejal de Turismo Agustí Colom, según confesó él mismo, no tuviera conocimiento de lo ocurrido hasta el viernes al mediodía, y que no pudiera darle detalles al comisionado municipal de Seguridad y responsable de la Guardia Urbana, Amadeu Recasens hasta la tarde. El sábado los Mossos d’Esquadra aún no disponían de ninguna información sobre un asalto del que, en buena lógica, debería haber tenido conocimiento la policía local de manera casi inmediata.
Otros, en cambio, entienden que todo es fruto de la mala fe, que el gobierno municipal trató deliberadamente de ocultar lo ocurrido, que su intención era que el más grave caso de turismofobia registrado en Barcelona no saliera a la luz y que luego, cuando los medios de comunicación lo hicieron público, trataron de rebajar lo ocurrido a otro acto de vandalismo. La alcaldesa Ada Colau se limitó a teclear un discreto tuit de condena el domingo por la tarde, poco después de que las juventudes de la CUP emitieran el vídeo de su asalto. El que fuera alcalde accidental hasta ayer, el primer teniente Gerardo Pisarello, prefirió guardar silencio y opinar sobre otros temas. También quiso pasar de puntillas por todo esto la presidenta de TMB, la concejal Mercedes Vidal.
El exalcalde Xavier Trias exigió ayer a Ada Colau que dé la cara, que deje de ocultar información y reúna a todas fuerzas políticas a fin de orquestar un frente común contra la turismofobia. “Tienen que dejar de hacer populismo y comenzar a gobernar”, agregó el presidente del
MAYOR CONTUNDENCIA El socialista asume la alcaldía accidental y dice que el Consistorio se personará en la causa
COMUNES DESAPARECIDOS Ediles de BComú pasan de puntillas en un caso que revela una notable descoordinación
grupo Demòcrata. Carina Mejías (Ciutadans) preguntó al gobierno qué medidas tomará para que este tipo de acciones no se repitan. Alberto Fernández (PP) pidió a la Generalitat que garantice la seguridad y ataje de raíz “el turismo borroka de la CUP”. Y es que Arran, las juventudes de la CUP, bien lejos de cualquier autocrítica, anunció ayer que están dispuestos llevar a cabo acciones similares. “No es una cuestión de violencia –argumentaron–, sino de autodefensa. Actuaremos como nos parezca conveniente, según el contexto”. Ayer mismo Arran de Poblenou colgó en Twitter el vídeo de una nueva acción contra el turismo en el que se muestra cómo revientan neumáticos de bicis de alquiler.
La CUP aseguró que el ataque de los encapuchados fue un acto simbólico y manifestó su pleno apoyo a Arran. Entiende que estas acciones son necesarias para lograr el decrecimiento turístico. Ahora son muchos los miembros del Consell de Turisme que no están dispuestos a compartir más sesiones de trabajo con la CUP. El Consell de Turisme es un órgano municipal consultivo en el que está representada buena parte de la sociedad civil.
El ataque al Bus Turístic y sus derivas políticas están incrementando la inquietud de algunos sectores ciudadanos.Una treintena de entidades de pequeños y medianos empresarios de la ciudad y también del resto de Catalunya, entre las que figuran las principales asociaciones de comerciantes, alertadas ante un recrudecimiento de la turismofobia, firmaron ayer una dura carta dirigida a la alcaldesa en la que le piden que “de manera inmediata corte de raíz todos estos hechos”. “Consideramos imprescindible que se produzca una condena firme, contundente y activa, tanto por su parte como por parte de su equipo de gobierno. Queremos dejar constancia de que nos preocupa especialmente la escalada que se está produciendo, el grado de violencia empleado por estos colectivos y también los daños personales y materiales que puedan provocar sus futuras acciones”, añaden los firmante de la carta. Y es que buena parte del tejido empresarial barcelonés últimamente se siente en el punto de mira, continuamente cuestionado por todos los males que asolan la ciudad. Quieren que se retomen las vías del diálogo.
“De no hacerlo Barcelona y nuestro país tienen mucho que perder –puede leerse también en la misiva–. Nuestra imagen internacional está en peligro”. Los profesionales añaden que las consecuencias socioeconómicas pueden ser muy graves. “El mal –aseguran– puede ser irreparable”. Entre los firmantes también se encuentran entidades tan dispares como la asociación de comerciantes del barrio de la Barceloneta, la de las agencias de viajes catalanas, la fundación El Molino... Todas ellas entienden que el ataque al Bus Turístic no se trata de un hecho aislado, de una anécdota. “Viene precedido por otros ataques durante las últimas semanas, tanto contra el mismo servicio del Bus Turístic y sus usuarios como contra establecimientos hoteleros, todos ellos acompañados de manifestaciones públicas e injuriosas constantes hacia esta actividad económica y empresarial”. Esta carta también fue consensuada con los hoteleros, los restauradores, los dueños de los apartamentos turísticos... “Confiamos –le dicen a la alcaldesa– en que acabará con estas manifestaciones vandálicas”.
AMBIENTE ENRARECIDO La CUP apoya el ataque y muchos empresarios quieren que salga del Consell de Turisme