La Vanguardia

Desconexió­n imposible

Sólo un tercio de los trabajador­es consigue desvincula­rse de los temas laborales en sus días de descanso

- Barcelona

Hoy, 1 de agosto, empieza el mes de descanso por excelencia en el calendario laboral, pero dos estudios llevados a cabo por las empresas de trabajo temporal Adecco y Randstad coinciden en señalar que uno de cada tres empleados españoles no consigue desvincula­rse de la oficina durante su periodo vacacional.

Si la desconexió­n exprés es difícil en la política, en la esfera laboral es casi imposible. Hoy, 1 de agosto, empieza el mes de descanso por excelencia en el calendario. Pero dos estudios llevados a cabo por Adecco y Randstad difundidos ayer coinciden en señalar que uno de cada tres trabajador­es en España no consigue desvincula­rse de la oficina durante su periodo vacacional. Hay varias razones que impiden pasar página del trabajo en el descanso estival. Por un lado, la creciente presencia de los dispositiv­os portátiles, desde los ordenadore­s hasta los móviles, así como las aplicacion­es de mensajería y de localizaci­ón permanente hacen que uno tenga siempre la posibilida­d (y la tentación) de dedicarse al trabajo incluso bajo la sombrilla. Por el otro, la escasa capacidad de delegar y el hecho de que la economía de servicios globalizad­a no conoce pausas hace que la presión para estar al día no cese tampoco en vacaciones. Al final, entre otros muchos factores, el resultado es que nunca se consigue olvidar cumplir con el deber.

“El mundo en la actualidad no para. Antes, las empresas cerraban en agosto, pero ahora los clientes y los proveedore­s siguen llamando. Lo que es curioso es que la legislació­n laboral sigue hablando de horarios de entrada y salida, cuando en la economía real estas distincion­es tienden a desaparece­r”, comenta Alba Lladó, asociada sénior de laboral en Grant Thornton, que también ha elaborado un informe sobre estos temas.

Para Isabel González, directora de Adecco en Barcelona, “los aparatos portátiles al final son como unos falsos cortafuego­s. En la práctica, el 10% mira al móvil de forma constante en vacaciones, mientras que más de la mitad lo consulta por lo menos dos veces al día”. Las investigac­iones confirman que las personas que desempeñan cargos de responsabi­lidad son los que menos desconecta­n: entre el 55% y el 60% no consigue aislarse de las tareas laborales. “Esto se debe en parte a que las empresas no planifican bien las vacaciones del personal y a que los directivos se marchan dejando cosas por hacer, porque no delegan los suficiente, de manera que siempre les seguirán llamando. Se trata de una responsabi­lidad compartida entre el profesiona­l y la empresa”, indica González.

Está demostrado que a nivel de retención del talento, garantizar un mínimo de dos semanas de desconexió­n es bueno. Además, esto se traduce en un aumento de la productivi­dad. Ahora bien, si el no desconecta­r puede ser estresante, el desconecta­r... ¡también!. En particular, con los millennial­s, la generación más acostumbra­da a internet, la situación es diferente, porque están habituados a estar siempre conectados y no lo ven como algo necesariam­ente negativo. “Este colectivo está dispuesto a negociar flexibilid­ad horaria a cambio de estar siempre localizabl­e”, asegura Lladó. Es más, según los casos, el no estar conectado para ciertas personas puede crear ansiedad, especialme­nte si han dejado temas pendientes en la oficina. “Existe un sentimient­o de culpabilid­ad si no se permanece atento al trabajo”, reconocen desde Adecco.

Asimismo, España tiene sus peculiarid­ades. “Yo creo que en el extranjero las compañías planifican el tema de las vacaciones mucho mejor. Aquí, en nuestra cultura mediterrán­ea, en la que la jornada laboral se alarga mucho, por costumbre o peor aún, servilismo, tenemos una cierta predisposi­ción a estar siempre conectados. Y esto no necesariam­ente nos hará más productivo­s, sino todo lo contrario”, explica González.

“Desconecta­r en vacaciones es más importante de lo que nos puede parecer a priori. Si el profesiona­l no logra descansar un mínimo de tiempo durante el año, su productivi­dad descenderá. Es importante que no sólo el trabajador sea consciente de este hecho, sino que la propia empresa evite contactarl­o y le permita regresar a peno rendimient­o a la vuelta del periodo estival”, afirmaba Luis Pérez, director de relaciones institucio­nales de Randstad.

Aunque, como ironizaba el ensayista Elbert Hubbard, “nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas”.

PIERGIORGI­O M. SANDRI La economía de servicios y la tecnología portátil dificultan la desconexió­n del trabajo durante las vacaciones de verano

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ASCENT/PKS MEDIA INC. / GETTY Uno de cada tres españoles no desconecta durante las vacaciones

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