“Consecuencias” para los díscolos
El Ministerio del Interior italiano advirtió que las oenegés que no han firmado el código de conducta tendrán que asumir “todas las consecuencias que podrán determinarse, a partir de la seguridad de las propias embarcaciones”, mientras que quienes se han adherido pasan a formar parte de “un sistema institucional” de socorro y de acogida, “sin interferir de ningún modo en los principios fundadores de cada organización”. En el comunicado no se mencionó la amenaza, anteriormente formulada, de prohibir a las oenegés no firmantes que sus barcos atraquen en puertos italianos. Es evidente que podrían darse situaciones delicadas por ambas partes si se producen rescates masivos e Italia se niega a ayudar a los barcos de oenegés no firmantes. El código de conducta y otras medidas son fruto de la agresiva política del ministro Marco Minitti, quien ha llegado a intentar un acuerdo con alcaldes de la región libia de donde parten las pateras para comprometerles a luchar contra el tráfico de personas. Minitti empuja hacia una estrategia integral de cooperación con los países africanos para luchar contra las causas profundas del problema.