Cara a cara ante el cuartel
Tensión entre manifestantes cuperos y partidarios de la Guardia Civil
Senyeres, estelades, rojigualdas, una estelada con un 155 pintado (en referencia al artículo de la Constituciónpor el cual se dice que permite suspender la autonomía de una Comunidad) y alguna que otra bandera con el yugo y las flechas. Aparte de las insignias, hubo fuego cruzado verbal ante las puertas del cuartel de la Guardia Civil de Travessera de Gràcia entre los manifestantes convocados por la CUP y los reunidos en favor de la Benemérita. Les separaban veinte metros, con los Mossos d’Esquadra velando por la seguridad. Sin embargo, lo cierto es que, pese a la tensión y la crispación y las amenazas a periodistas por parte de grupos de ultraderecha, en ningún momento pareció que el asunto pudiera ir a más.
Ayer se agrupó una amalgama de sentimientos contrariados. Y cánticos por doquier. Si desde el bando de aquellos que portaban la pancarta “Esto se España” se acusaba de “terroristas” a los que llevaban el lema “No fareu callar la veu d’un poble. L’1 d’octubre votarem”, estos respondían con uno “Vosotros, fascistas, sois los terroristas”. Si unos gritaban “independencia”, los otros silbaban estridentemente.
Hubo más proclamas. Por una parte, “No nos engañan, Catalunya es España, “Puigdemont es Maduro”, o “Viva la Guardia Civil”; de la otra, “Fuera las fuerzas de ocupación”, “Votaremos” o “Sin desobediencia no hay independencia”.
El encuentro ya se preveía caliente desde el viernes. La CUP había convocado ese día una manifestación ante el cuartel para denunciar las últimas citaciones de la Guardia Civil a altos cargos del Govern, quienes han sido llamado últimamente para declarar sobre los preparativos del referéndum. Entre los manifestantes, estaban los diputados anticapitalistas Anna Gabriel, Eulàlia Reguant, CarlesRiera, Albert Botran, Benet Salellas y Mireia Vehí, además del concejal Joan Coma de la CUP de Vic, de quien la Audiencia Nacional descartó en junio que cometiera un delito de incitación a la sedición.
La concentración de los cuperos fue contraprogramadapor grupos que defienden la actuación de la Guardia Civil. Entre los reunidos se pudo ver a José Vargas, presidente de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo, miembros del Movimiento Cívico 12 de Octubre, además de representantes de Falange Española o el antiguo líder de Plataforma per Catalunya, Josep Anglada.
La manifestación de la CUP reunió cerca de un centenar de personas y terminó antes y despidiéndose sardónicamente con la mano a los otros concentrados. En cambio, la presencia de manifestantes a favor de la Guardia Civil fue un poco más numerosa. Con todo, estos terminaron media hora más tarde, no sin que hubiera alguien que obligara a esconder la bandera falangista. La estelada del 155 acabó rota.