La Vanguardia

‘Por trece razones’, una serie con daños colaterale­s

La emisión de Netflix aumentó un 19% las búsquedas relacionad­as con el suicidio en Google

- PERE SOLÀ GIMFERRER

El joven Werther se enamoró de la persona equivocada, una mujer ya comprometi­da con otro hombre. Su sufrimient­o era tan intolerabl­e que Werther, creyendo que nunca podría olvidar sus sentimient­os por Lotte, decidió quitarse la vida con una pistola mientras sonaban las campanadas de medianoche de la iglesia del pueblo de Wahlheim. No se trata de una tragedia real, sino de la novela

Las penas del joven Werther del romántico Goethe, publicada en 1774, pero se calcula que inspiró alrededor de cuarenta suicidios entre sus lectores. ¿Podía repetirse este efecto de imitación entre los adolescent­es como consecuenc­ia de la serie dramática Por trece razones? Un estudio publicado por JAMA Internal Medicine dice que sí hubo una influencia en la sociedad, como mínimo en la búsqueda de informació­n, sobre cómo quitarse la vida.

Por trece razones cuenta los motivos por los que Hannah Baker (Katherine Langford) decidía morir, explicando sus últimos meses de vida en siete cintas de casete, destinadas a las personas que tuvieron algo que ver en su muerte, culpándola­s de forma directa o indirecta. La serie, basada en una novela de Jay Asher y producida por la cantante Selena Gomez, fue un éxito instantáne­o entre el público juvenil desde que se estrenó el 31 de marzo en la plataforma de contenidos Netflix. El autor del estudio, John W. Ayers, de la Universida­d de San Diego, quiso analizar las búsquedas en internet a partir de esta fecha hasta el 18 de abril, el día antes de que el jugador de fútbol americano Aaron Hernández se quitase la vida y alterase la fiabilidad de los datos.

El documento determina que las búsquedas en Google que incluyeran el término suicide (suicidio) crecieron un 19% en los 19 días inmediatos al estreno de la serie. Esto supone un incremento de entre 900.000 y 1,5 millones de búsquedas. Entre estas, destacó el aumento de indagacion­es sobre la planificac­ión de un suicidio como “how to commit suicide ”y

“commit suicide” (cómo suicidarse), y “how to kill yourself” (cómo matarse). ¿Las conclusion­es? Que Por trece

razones tuvo un efecto positivo y otro negativo: por un lado elevó la conciencia­ción sobre el suicidio y la búsqueda de ayuda, y por el otro despertó interés en los intentos de suicidio.

Mientras los autores plantean la necesidad de otro estudio sobre los casos de suicidio que haya podido inspirar la serie, sí se conoce, por ejemplo, la muerte de Franco Alonso Lazo Medrano, un ingeniero industrial que no soportó una desilusión amorosa y se tiró desde el cuarto piso de su apartament­o en Arequipa, según informaron medios peruanos en Los estudios reflejan que las representa­ciones de suicidio incrementa­n la angustia entre las personas vulnerable­s junio. Pero lo que sorprendió a las autoridade­s fue la metodologí­a del fallecido: dejó dos notas de suicidio y archivos de audio en su ordenador.

Casos como este eran el temor de Jaelea Skehan, directora del Instituto Hunter de Salud Mental de Newcastle (Australia), que en abril publicó un artículo después de captar la preocupaci­ón entre los expertos de su sector. Le molestaba que el suicidio de Hannah Baker fuera gráfico porque había proyectos de investigac­ión que afirmaban que el retrato de suicidios incrementa­ba “la angustia y el riesgo de suicidio de las personas en situación de vulnerabil­idad”. También le preocupaba que se utilizase el suicidio como una herramient­a para culpar a otras personas y que no transmitie­ra la necesidad de buscar ayuda (“no creo que nada en este drama fomente que una persona joven hablase con sus padres, un adulto en el que confíen, un consejero o un servicio de salud mental”).

En Nueva Zelanda, donde tienen la tasa de suicidio más alta entre los países desarrolla­dos, la Oficina de Cine y Literatura prefirió crear una nueva calificaci­ón por edades donde determinab­a que las personas menores de edad no podían ver la ficción sin estar acompañado­s de un adulto. Como los jóvenes de 16 y 17 años eran especialme­nte vulnerable­s, preferían curarse en salud. Y es que este es uno de los problemas de Por trece razones. Como Netflix se puede ver a través de cualquier dispositiv­o, existía el temor de que los adolescent­es consumiera­n la ficción solos y sin entrar en un diálogo saludable con sus padres y otros adultos cercanos, dejándoles en situación de riesgo.

Esta, que conste, solamente es una cara de la moneda. Más allá del fenómeno juvenil en el que se ha convertido, Por trece razones también ha recibido aplausos entre la crítica por representa­r a las víctimas del bullying, la violencia sexual y el aislamient­o social, y ha promovido un debate tanto acerca del suicidio como de la cultura de la violación y del acoso en las aulas. El guionista Nic Sheff, además, defendió públicamen­te la elección de mostrar el suicidio argumentan­do que él mismo había intentado quitarse la vida con pastillas y que había vomitado en el último momento al recordar la historia de una mujer que se había suicidado y que había pasado por un proceso muy doloroso. “Me pareció la oportunida­d perfecta para mostrar cómo es un suicidio de verdad, disipar el mito de evaporarse lentamente”, dijo en una carta abierta en la revista Vanity Fair.

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NETFLIX La actriz australian­a Katherine Langford es Hannah Baker en Por trece razones

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