El juez deja libre a Villar con una fianza de 300.000 euros
El magistrado ya no ve riesgo de fuga ni peligro para la investigación
El suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, va a salir de prisión en cuanto constituya la fianza de 300.000 euros que le impuso ayer el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. En el caso de su hijo Gorka, la caución es de 150.000 euros, y en el del secretario de la Federación, Juan Antonio Padrón, la fianza vuelve a ser de 300.000 euros.
Los tres habían ingresado en prisión el pasado 20 de julio. El magistrado consideró entonces que debía enviarles a la cárcel ante la gravedad de los delitos que les imputaba, lo que pudiera llevarles a huir de la justicia. “Máxime ante la gran capacidad económica de la que disponen”, decía Pedraz. El magistrado también se refería a la posibilidad de que obstruyeran el avance de la investigación, que se encontraba entonces pendiente de analizar toda la documentación.
Transcurridas menos de dos semanas, y ante el rápido progreso de la investigación, el magistrado afirma que ya han declarado 12 de los 23 investigados y considera que no son necesarias las medidas preventivas iniciales. En este sentido, el auto que dictó ayer subraya que ya no aprecia el mismo riesgo de fuga ni de que la puesta en libertad de los investigados pudiera perjudicar la marcha de las indagaciones sobre las supuestas prácticas corruptas registradas en la Federación Española de Fútbol. Ahora bien, el juez deja claro que no se han rebajado las sospechas sobre Ángel María Villar ni sobre su hijo Gorka y tampoco en relación con Juan Antonio Padrón. Los tres tendrán que comparecer semanalmente en el juzgado y se les retirará el pasaporte. Pedraz afirma que “siguen existiendo motivos para estimar responsables criminalmente” a los tres de los delitos de corrupción por los que les imputó tras la investigación llevada a cabo desde enero último por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción, y desde fecha más reciente por el citado magistrado.
Sobre las sospechas, el juez exponía en el auto de prisión inicial que amparada por Villar se estableció en la Federación una relación de “clientelismo” tanto en la contratación de personal –que recae en familiares– como en la adjudicación de contratos de suministro a cambio de “determinadas contraprestaciones”. El juez cifraba en casi 52 millones de euros los perjuicios causados a la RFEF y aludía también a los “excesos en las facultades de administración” que atribuía a Villar y el “cada vez mayor control” de Gorka en la Federación pese a no tener allí cargo alguno.