Los Mossos copan las pesquisas del asalto al margen de la Guardia Urbana
responsables de seguridad de TMB. Respondieron que ya habían realizado la denuncia correspondiente ante los Mossos”.
TMB no anunció que acababa de denunciar lo ocurrido el jueves por la mañana hasta el lunes de esta semana. Al parecer, el concejal de Turismo, Agustí Colom, tuvo conocimiento del ataque al bus turístico el viernes al mediodía, y no tuvo oportunidad de hacérselo saber al comisionado municipal de Seguridad, Amadeu Recasens, hasta la tarde de aquel día.
Hasta ahora la gestión del Consistorio de lo ocurrido está siendo tildada de titubeante, errática, descoordinada... tanto por las fuerzas políticas de la oposición como por buena parte del tejido productivo de la ciudad. Las últimas críticas proceden de los propios trabajadores, quienes denuncian “la pasividad e inacción de la dirección de TMB frente a lo sucedido”. Los miembros de la comisión permanente del comité de empresa hicieron pública a última hora del jueves una carta en la que lamentan que la empresa municipal no les haya comunicado “cualquier tipo de actuación”.
Además, La Vanguardia pudo saber que el conductor del vehículo asaltado denunció por su cuenta los hechos en la comisaría del distrito de Nou Barris el viernes a primerísima hora de la mañana. El Ayuntamiento sostiene que TMB no pudo presentar la correspondiente denuncia hasta el lunes porque tenía que calcular el coste de reparar las ruedas pinchadas, de pintar la luna pintarrajeada y de tener el vehículo fuera de servicio durante el resto de aquella jornada. La empresa tardó cuatro días en calcular que el montante final era de poco más de 1.800 euros. Entre tanto los principales responsables de BComú se esforzaban mucho en no magnificar lo ocurrido. El concejal Colom fue endureciendo sus sucesivas condenas del asalto a medida que los medios de comunicación se hacían eco de los hechos. Y el sábado, mientras que Colom declaraba que el Ayuntamiento recopilaba toda la información necesaria para poder tomar una decisión, el teniente de alcalde Jaume Asens, en respuesta a las críticas recibidas por el gobieno municipal, comentaba en Twitter que el Consistorio denuncia de manera automática este tipo de actos vandálicos. El primer teniente de alcaldes, y aquel fin de semana aún alcalde accidental, Gerardo Pisarello, guardó silencio. También lo hizo Mercedes Vidal, concejal de Movilidad y presidenta de TMB. La alcaldesa Adas Colau no se manifestó hasta el domingo. Entonces, tecleó un tuit de condena.
La verdad es que los comunes tampoco pusieron el grito en el cielo ante los brotes de turismofobia registrados anteriormente en la ciudad, durante la sucesión de ataques de diferente intensidad que en los últimos meses sufrieron varios hoteles. Responsables de los establecimientos afectados declararon entonces que en ningún momento el Ayuntamiento se interesó por su situación. Estas pautas se repitieron estos días. Sólo el segundo teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, el lunes por la mañana, el mismo día en que arrancó su periodo de alcaldía accidental, trató de atemperar la creciente indignación de los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y aseguró que los servicios jurídicos municipales ya estudian cómo puede el Ayuntamiento personarse en la causa contra “este atentado a la convivencia y el civismo”.
TMB y policía municipal tardaron varios días en contactar