Mixtura arriesgada
Abracadabra
Dirección: Pablo Berger
Intérpretes: Maribel Verdú, Antonio de la Torre, José Mota, Josep Maria Pou
Producción: España, 2017. Duración: 95 minutos. Comedia.
A quien salta al vacío sin red no hay que pedirle cuentas. Algo así decía el profesor Godard de los cineastas que asumen riesgos de cualquier orden, éticos, estéticos o dialécticos. Pablo Berger es miembro de esa familia. Un tenaz fabricante de desafíos. Lo era ya la estupenda Torremolinos 73 ,su primer largometraje. Pero la gran osadía consistió en filmar, sobre el molde de un cuento clásico, una película muda y en blanco y negro, Blancanieves, que muy merecidamente cosechó, además de múltiples trofeos, un fenomenal éxito de público y crítica. No parece, sin embargo, que la unanimidad crítica venga a acompañar a su nuevo trabajo, Abracadabra, otra propuesta de alto riesgo, otro salto al vacío sin red. La primera escena de Abracadabra parece una vieja farsa de Alfredo Landa: un cuadro doméstico entre marido, pegado a la tele, al borde de la taquicardia, ante una final de Copa Barça-Madrid, y mujer, que se viste de gala para una boda. Poco después, en la secuencia de la fiesta, irrumpe la magia y la película deriva en relato fantástico, sobre el que cabalga una trama detectivesca, a la que sucederá, ya enfilando la recta final, un melodrama tremendo de redención y vindicación de la mujer, o el tránsito que transformará a la protagonista: de chica Ozores a chica Almodóvar, por así decirlo. Tan azaroso viaje a través de la mixtura de géneros se salda con resultados inciertos y palpable arritmia. Hay momentos de óptima comedia, ricos en detalles: el gesto de los novios, al salir de la iglesia, esperando la lluvia de arroz que nunca caerá. Otros que descolocan: la visión del chimpancé que le roba el bocata al marido en lo alto de una grúa, la secuencia del viejo moribundo... Y otros que chirrían: el equívoco en el piso de intercambio de parejas. El fragmento onírico de la catarsis final, inundado de blanco cegador, es el test definitivo para abrazar con fervor
Abracadabra o desentenderse de ella. Donde no habrá opiniones divididas es en la (enésima) constatación de las dotes mayúsculas de actriz de Maribel Verdú.