Detenido el terrorista que atropelló a seis soldados en las cercanías de París
El arrestado puede ser un argelino que reside en Francia y que está fichado por delitos comunes
El atropello se produjo a las ocho de la mañana en el rico municipio de Levallois-Perret, en las cercanías de París. Un coche que estaba a la espera aceleró cuando se encontraba a cinco metros de un grupo de militares desplegados para combatir el terrorismo. Seis resultaron heridos, aunque no peligran sus vidas. El presunto terrorista fue detenido horas después en una operación con disparos.
A las ocho de la mañana, en el rico municipio de Levallois-Perret, junto a París, un BMW “que circulaba lentamente” aceleró a cinco metros de un grupo de soldados de la operación Centinela, desplegada en el 2015 para combatir el terrorismo. Salían del modesto edificio donde se encuentra su sede local en la planta baja “para reposar” y los atropelló. Resultado: “seis heridos, tres de ellos graves, pero ninguno en peligro de muerte”. Seis horas más tarde, el BMW, alquilado, fue interceptado gracias al GPS en la autopista que lleva a Calais a unos 260 kilómetros al norte de París, en una detención “intensa”. “Los disparos hirieron gravemente al conductor, que no iba armado, y también fue herido un policía, presuntamente por una bala perdida”, según el comunicado policial. El detenido –que recibió cinco impactos de bala– sería un hombre de 37 años y origen argelino que respondería al nombre de Hamou B, según Le
Parisien. Sería vecino de Sartrouville, un suburbio al oeste de París, donde ayer tarde un grupo de policías armados registraron su domicilio.
Los soldados heridos forman parte de los 7.000 miembros de la operación antiterrorista desplegada en Francia tras los ataques a
Charlie Hebdo, algunas de las familias de los cuales denuncian que pasan un promedio de 220 días al año fuera de casa. Pertenecían al 35 regimiento de infantería de Belfort, según la ministra de Defensa, Florence Parly.
Por una vez el alcalde de Levallois, Patrick Balkany –acusado junto a su esposa en diversos casos de corrupción y fraude fiscal–, se ahorró las preguntas sobre las causas que tiene abiertas y pudo limitarse a informar que “el atropello tuvo lugar en un callejón sin salida, cuando la cincuentena de soldados que patrulla nuestra ciudad salía de los locales que les hemos prestado, a cien metros del Ayuntamiento”.
El ministro del Interior, Gérard Collomb, por su parte, habló de “un acto deliberado y no accidental”, mientras la sección antiterrorista de la Fiscalía de París iniciaba una investigación por “intento de asesinato de personas con autoridad pública”, en relación con un objetivo terrorista. Y el ministro recordó que se trataba del sexto ataque a militares desde el 1 de enero del 2015.
El problema es que a partir de esa fecha el terrorismo ha matado a 239 personas en Francia sin que el despliegue militar haya servido para otra cosa que para defender a sus propios hombres. Y no siempre, como lo demuestra el atropello de ayer, en el que “del medio centenar de soldados ni uno solo disparó contra el automóvil, que los atacó en una calle estrecha”, como puntualizó un experto en defensa.
No es la única crítica a esa operación de visibilidad de fuerzas, que cuesta 145 millones de euros al año y que sólo parece servir como imán para lobos solitarios o desequilibrados, como en el ataque estéril a la torre Eiffel del pasado sábado.
Y si el nuevo jefe del Estado Mayor, el general Lecointre, tuiteó que “nuestros militares arriesgan su vida para proteger a los franceses”, su antiguo compañero en los combates balcánicos de 1995, el coronel retirado y consejero en estrategia y organización Michel Goya, duda públicamente de la eficacia del despliegue.
Desde 1991 Francia está sometida a la operación Vigipirate para proteger zonas sensibles, con un promedio de 750 soldados. Bruscamente, en el 2015, la Centinela exigió 10.000 militares. Ya el año pasado Goya señaló que ese salto cuantitativo “sólo sirve en un periodo corto”. Y matizaba que “contra el deseo gubernamental de una presencia fija y visible, el Estado Mayor prefirió las patrullas más discretas y, al desplazarse, menos expuestas”.
El 14 de julio, el presidente Macron anunció una revisión en profundidad de la operación Centinela para dotarla “de mayor eficacia operativa”. Pero tras la conmoción por la renuncia del jefe del Estado Mayor ante la amputación de 850 millones de euros de su presupuesto, cambió su discurso. “De aquí al 31 de diciembre –aseguró en la base aérea de Istres, el 20 de julio– no retiraremos un solo soldado de la operación Centinela”. Al final, el lunes la ministra de Defensa fue más lejos: “La operación continúa y contamos con adaptarla para una larga duración”.
El arrestado podría ser un hombre de 37 años y origen argelino vecino de Sartrouville, al oeste de París