El Gobierno eleva a cuestión de orden público la crisis de El Prat
Los trabajadores de los filtros de seguridad rechazan el acuerdo y mantienen las huelgas
Los empleados rechazan la propuesta de mediación y mantienen las huelgas Un gabinete ministerial decide hoy alternativas para garantizar los controles La opción de que la Guardia Civil asuma el servicio cobra fuerza
La asamblea de trabajadores de Eulen ha dado un portazo a una salida acordada para acabar con la huelga en los controles de seguridad de El Prat y el escenario que se abre ahora es totalmente incierto. Con una convocatoria de huelga indefinida en el horizonte más inmediato, se entra en “una nueva fase cuyas consecuencias son difíciles de valorar”, según el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, dispuesto a abrir la salida de emergencia.
El Gobierno ha elevado a cuestión de orden público la crisis que se vive desde hace casi tres semanas en el aeródromo barcelonés y está analizando “todas las medidas necesarias” para garantizar la seguridad y minimizar las colas. No se descarta nada, tampoco la activación de la Guardia Civil para asumir la gestión de los filtros, como apuntaba ayer La Vanguardia.
Para tratar de desencallar una situación totalmente enquistada, el Gobierno ha convocado un gabinete de crisis en la Delegación del Gobierno de Barcelona esta mañana con representantes de los ministerios de Fomento, Interior, la Abogacía del Estado, Aena y la Guardia Civil. La presencia de la Benemérita es fundamental ya que es el cuerpo responsable de la seguridad en los controles de aduanas y podría asumir el control de las tareas que ahora está haciendo Eulen si las colas se desbocasen o no se garantizase la seguridad de los pasajeros. También es relevante el papel de la Abogacía del Estado para marcar hasta dónde puede llegar el Ejecutivo sin sobrepasar el derecho a la huelga de los trabajadores de los filtros.
El ministro de Fomento compareció tras la negativa de la asamblea al acuerdo y se mostró muy crítico con ellos. Calificó de “grandísima sorpresa” que se plantearan propuestas no negociadas en la mediación en lugar de aceptar “el punto medio” que suponía un incremento salarial del 18%, unos 200 euros mensuales de media, un planteamiento muy por encima de los 30 que ofrecía inicialmente la empresa, que ha aumentado un 660% su oferta mientras que los trabajadores sólo han rebajado un 10% sus pretensiones iniciales. De la Serna volvió a agradecer el trabajo del Departament de Treball para elaborar una propuesta asumible para todos.
Pero el personal que participó en la votación de ayer decidió que el acuerdo del comité de huelga, la empresa concesionaria del servicio y la propia Aena era insuficiente. Sólo recibió el apoyo de dos de los empleados que pasaron por la urna de cartón instalada durante toda la jornada en un centro de promoción económica de El Prat de Llobregat. El resto pidió más y subieron la apuesta a 250 euros en 15 pagas con el respaldo de una votación en la que participó la mitad de la plantilla de la empresa en el aeropuerto.
Dicha alternativa no era ni la opción de la mediación (200 euros mensuales) ni la del comité de huelga (350 euros), que eran entre las que en teoría debían escoger los trabajadores. Al final no resultó ni una cosa ni la otra. A última hora se añadieron dos vías intermedias como contraoferta elaborada unilateralmente por el comité y fueron las que se acabaron imponiendo. 89 de los 176 trabajadores que participaron en la votación pidieron un complemento de 250 euros en 15 pagas y 82 trabajadores se conformaron con 200 euros pero también en 15 pagas en lugar de las 12 que proponía el principio de acuerdo sellado entre la empresa concesionaria del servicio, el comité de huelga y Aena, que incluso se había comprometido a garantizar esas mismas condiciones en futuras licitaciones.
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CONTRAOFERTA INESPERADA Los trabajadores votan por una propuesta no consensuada en la mesa de mediación
La empresa, poco después de conocer los resultados, reprochó al comité que no hubieran respetado el compromiso y hubiesen planteado escenarios alternativos no consensuados. “No han respetado el compromiso adquirido”, denunció Eulen a través de un comunicado, pidiendo a los trabajadores que “reconsideren” de forma “urgente” su decisión.
La jugada de sacarse de la chistera a última hora una contrapropuesta en las urnas sin haber informado antes a la mesa de mediación enfadó también al Departament de Treball, que había facilitado el acercamiento hasta un punto que hace una semana parecía impensable. “Nos hemos sentido utilizados, las horas invertidas en mediación han sido en balde, hace falta más compromiso por parte de los interlocutores de los trabajadores y de Eulen”, lamentó la consellera de Treball, Dolors Bassa, que llegó a preguntarse si el comité de huelga es un interlocutor válido a partir de ahora.
El comité de huelga promovió entre sus afines durante el día de ayer que votasen la contrapropuesta de 200 euros en 15 pagas, lo que suponía un incremento de 750 euros anuales respecto al planteamiento de mediación. Era la propuesta “más razonable”, reconocía una de las representantes del comité de huelga, Puri Infante, poco antes de cerrar las urnas. Pero finalmente se acabó imponiendo la vía intermedia más dura que cambia de manera considerable el terreno de juego y obliga a empezar de cero las negociaciones entre ambas partes. “Con la de 200 euros habría sido más fácil sentarse a negociar”, reconocía el asesor del sindicato, Juan Carlos Giménez, al final del día.
El incremento solicitado sería lineal para los 350 empleados y sustituiría los complementos que ahora cobran sólo los vigilantes que hasta el año pasado trabajaban con Prosegur y fueron subrogados cuando Eulen se hizo con el servicio al ganar el concurso público a la baja. Sería este grupo, el que ha visto reducido su nivel adquisitivo con el paso de los años, el que habría apostado por el incremento mayor, mientras que las últimas incorporaciones, que cobran menos de 1.000 euros, ya se conformaban con la propuesta menos ambiciosa.
La asamblea se limitó a opinar sobre el incremento salarial. La incorporación de un quinto trabajador a los cuatro que hay actualmente en los filtros de seguridad y el resto de refuerzos de personal y mejoras relacionadas con los horarios no se sometieron a votación porque el comité de huelga ya ha dado el visto bueno, aunque ahora todo queda en el aire.