La Vanguardia

Guam, el paraíso amenazado por Kim Jong Un

La remota isla de Guam gira alrededor de las bases de EE.UU. y está habituada a los desafíos

- ANNA BUJ Barcelona

Los apenas 163.000 habitantes de la remota isla de Guam están acostumbra­dos a la retórica amenazante de Corea del Norte, cuyos misiles interconti­nentales podrían alcanzar sus costas en apenas 14 minutos.

“Es un runrún de fondo permanente”, cuenta por teléfono Ricardo Delgado, nativo de este pequeño territorio estadounid­ense no incorporad­o en las Marianas, a 3.500 kilómetros de Pyongyang.

Es más pequeña que Menorca –tiene apenas 540 km2–, pero Guam ha desempeñad­o un enorme papel estratégic­o en el Pacífico a lo largo de la historia, desde que fue el mayor puerto de escala para el Galeón de Manila como colonia española hasta en la Segunda Guerra Mundial. Japón la ocupó días después de Pearl Harbor y Estados Unidos la recuperó en 1944, tras una de las batallas más crudas que se recuerdan.

Desde entonces, la irreductib­le Guam se ha enfrentado a tifones y hasta a bombardeos de ratones: en el 2013 el ejército de EE.UU. decidió lanzar 2.000 roedores envenenado­s en pequeños paracaídas como cebo para combatir una plaga de serpientes. La operación costó ocho millones de dólares, pero nadie supo adónde fueron a parar.

“Es frustrante: la verdad es que siempre tengo que explicar dónde está Guam”, dice Delgado, que nació y vivió en esta pequeña isla hasta los 18 años.

Luego emigró a Portland, y ahora vive en Nueva York: una gran parte de sus jóvenes se mudan a EE.UU. en busca de trabajo y oportunida­des. Lo tienen más fácil que el resto del mundo, porque son ciudadanos estadounid­enses, aunque no tienen derecho a voto ni representa­ción y su delegado en Washington es testimonia­l.

Guam fue territorio español durante 230 años, desde que el gobernador español de las Filipinas Miguel López de Legazpi la conquistó en 1565. Había sido Fernando de Magallanes quien la había reclamado por primera vez para Carlos I. La llamó isla de los ladrones, porque un grupo de nativos le habían robado un bote. Hoy en día el chamorro –su lengua propia, que se está perdiendo en favor del inglés– todavía conserva muchas palabras criollas. Luego, en 1898 Guam cayó ante EE.UU. con una facilidad asombrosa: sus gobernante­s no se habían enterado de la guerra, así que confundier­on los disparos de los cañones con amigables salvas de saludo y salieron a recibirles.

Si el norte de esta isla tropical está algo urbanizado, el sur es casi virgen, con playas paradisiac­as para los miles de visitantes extranje- ros que se acercan cada año. El turismo –principalm­ente el de japoneses, surcoreano­s, chinos y ahora, también rusos– es una de las mayores fuentes de ingresos de Guam.

El otro es el ejército: desde que EE.UU. instaló allí dos bases militares –una aérea y una naval–, muchísimos guameños se alistaron a sus filas. Se calcula que 13.000 soldados estadounid­enses están desplazado­s en Guam, y que el ejército es propietari­o de un tercio de su superficie. La familia de Delgado es una de las muchas que viven del cuerpo militar, y le preocupa enormement­e que les pueda afectar la escalada de tensiones en el Pacífico de los últimos días.

“Corea del Norte es una amenaza que siempre ha estado ahí, pero nunca había llegado a este nivel”, asegura. Aunque dispongan de un sistema antimisile­s permanente desde el 2013, Delgado no recuerda que exista “un plan” en Guam por si a Kim Jong Un le apetece lanzar sus misiles interconti­nentales. “No tenemos un refugio nuclear, que yo sepa”. Si ocurre algo, las autoridade­s dispararán 15 sirenas alrededor de la isla y la población debe dirigirse a internet, la radio o la televisión para esperar indicacion­es. El arzobispo de Agaña –la capital de la isla, de mayoría católica por influencia española– ha llamado a sus fieles a “dirigirse a Dios en estos momentos de dificultad en que la paz en el mundo está amenazada”. “Rezad siempre”, les ha pedido.

Guam pareció adivinar las consecuenc­ias del lenguaje elevado de Donald Trump cuando en noviembre prefirió a Hillary Clinton por un 71% de los votos. La isla se adelanta quince horas a EE.UU., por lo que es la primera en acudir a las urnas. Aunque sus votos no tengan validez, el país los sigue con atención: llevan acertando quién será presidente desde 1980. Excepto con Trump. Con él, fallaron.

En el 2013, EE.UU. ‘bombardeó’ Guam con 2.000 ratones para acabar con una plaga de serpientes “La amenaza norcoreana siempre ha estado ahí, pero nunca había llegado a este nivel”, cuenta un nativo

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ERIK DE CASTRO / REUTERS Una turista se dirige al agua en la playa de la bahía de Tumon, al noroeste de la isla de Guam

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