La Vanguardia

Ante el límite del turismo

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YA no sólo son los vecinos de Sagrada Família, Ciutat Vella o la Barcelonet­a los que detectan que el turismo ha llegado a un nivel límite, por el exceso de visitantes. Ahora es el grupo Tui, el primer turoperado­r europeo, quien advierte que el mercado turístico español está saturado y que se queja del aumento de los precios que se está registrand­o, hecho que le aconseja buscar otros destinos para sus clientes, como pueden ser Croacia, Cabo Verde, Bulgaria o Túnez.

La advertenci­a del grupo Tui, con independen­cia de que pueda responder a una estrategia de presión a los hoteleros españoles para lograr mejores precios, vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de una reflexión sobre qué hacer para no morir del éxito turístico. Esto es muy importante para un sector que se ha convertido en el primero de la economía española, que representa ya el 11% del PIB y que da empleo directo a más de 2,5 millones de personas.

De entrada, desde todas las institucio­nes del país hay que poner en valor los beneficios de todo tipo que aporta el turismo a la economía y a la sociedad del país. España –y Catalunya especialme­nte– se han caracteriz­ado siempre por su gran capacidad de acogida a los visitantes extranjero­s y esa es una imagen que hay que preservar frente a las campañas en contra del turismo que algunos sectores radicales han iniciado tanto en Barcelona como en Palma y otros destinos. El rechazo puro y duro del visitante, como es obvio, no sólo no es la solución sino que es un camino equivocado que puede poner en peligro lo que desde hace decenas de años es una fuente de riqueza y empleo.

Este año España puede superar otro récord de turistas, con más de ochenta millones de visitantes. Esto realmente constituye una cifra de personas muy elevada que no sólo presiona sobre los precios sino sobre la capacidad del país para acogerlos. Un porcentaje de este turismo viene desviado hacia España de otros destinos turísticos del norte de África, cuyas puertas se han cerrado por el miedo a la violencia yihadista. Hay que tener presente que ese porcentaje de turismo dejará de venir a España cuando algún día la situación de esos países se normalice. Por eso abusar con subidas de precios excesivas para aprovechar­se de la situación coyuntural actual, como denuncia Tui que se está haciendo, es una mala política porque puede suponer pan para hoy y hambre para mañana.

En cualquier caso, sin embargo, el futuro del sector turístico español no puede pretender basarse en una cada vez mayor afluencia de visitantes, ya que esto, como se empieza a ver, tiene un límite. La clave está en una adecuada gestión del sector que permita selecciona­r un turismo de mayor calidad, como tantas veces se ha repetido con escaso éxito. Ello depende tanto de la mejora de la oferta turística como de captar visitantes allí donde más interesa.

Según un estudio del The Shopping & Quality Tourism Institute, habría que centrarse en la captación de turistas de alto poder adquisitiv­o de China, Estados Unidos, Argentina, Rusia, Colombia, México, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Kuwait, en lugar de centrarse sólo en el turismo low cost europeo. Captar sólo un 5% de turismo chino, por ejemplo, aportaría 5.800 millones más de euros anuales. Como dice el citado instituto, además de mayores ingresos, la llegada de mayor turismo de calidad aporta una serie de efectos indirectos, como el incremento de la profesiona­lidad en los servicios y la formación, la generación de puestos de trabajo estables y bien remunerado­s, el incremento del valor España, la desestacio­nalización y la mayor sostenibil­idad de la actividad turística, así como una mayor fuente de desarrollo económico y social, entre otros.

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