Beitia, a la final: “No he tirado la toalla”
“Estoy feliz. Sobre todo, porque no he tirado la toalla”. Eso dijo ayer Ruth Beitia (38), campeona olímpica en altura, ocho apariciones en Mundiales suma ya, que ayer vivió una tarde de nervios. Había fallado en sus dos primeros intentos sobre 1,92, y avanzaba hacia la eliminación, cuando encontró su lugar. “Fue algo bonito, la verdad: hacía tiempo que no me sentía tan nerviosa. Yo, que se supone que tengo tanta experiencia... Es bonito, eso de sentir que te puedes quedar fuera”. Por momentos, la situación había sido compleja. No se veía tan apurada desde los Mundiales del 2011, en Daegu. Entonces la apearon. “El primer intento sobre 1,92 m fue desastroso –añadió–. Pero el segundo lo tiré por los pelos. Ahí comprendí que podía hacerlo Y ahora ya está. Una vez en la final, puede pasar cualquier cosa”. La reflexión tiene sentido. Salvo Maria Lasitskene, que este año ha volado hasta 2,06 m, el resto de saltadoras parecen igualadas.