La Vanguardia

“El único camino a la igualdad entre sexos es la educación”

Tengo 60 años. Nací en Cuenca (Ecuador) y vivo en Quito. Fui ministra de Educación y presidenta de mi país. Estoy divorciada y tengo tres hijos vivos y siete nietos. ¿Política? Soy de centro. Soy católica, amiga del diálogo interrelig­ioso. Aún la mujer d

- VÍCTOR-M. AMELA

Fue usted presidenta de Ecuador. Sí, la primera mujer presidente de mi país. Pero sólo seis días: entre el 6 y el 12 de febrero de 1997.

¿Qué pasó? El Congreso atribuyó “incapacida­d mental” al presidente Abdalá Bucaram, que fue inhabilita­do y depuesto.

¿Qué había hecho Bucaram? Era peculiar, se autodenomi­naba “el loco que ama a su país” y se mostraba faltón, irascible, chabacano... El Congreso se hartó. Yo me había presentado en coalición con él en las elecciones presidenci­ales.

¿Por qué se coaligó con tal personaje? Firmamos que yo llevaría toda la política social y cultural. ¡Era mi sueño! Y ganamos y fui vicepresid­enta.

Y le suplió como presidenta. Unos días: arterament­e, el presidente del Congreso se hizo nombrar presidente interino. Mientras, Bucaram tildó de inconstitu­cional su caída, claro... Y así, el 6 de febrero de 1997 vivió Ecuador la noche de los tres

presidente­s.

¿Cómo se resolvió? El machismo del país se impuso, recibí presiones y me negué a aceptar apaños con poderosos codiciosos. Los generales me traicionar­on, contra los oficiales... Temí una guerra civil. Y dimití. Bucaram se fugó, porque tenía juicios pendientes por corrupción.

Vaya compañero de viaje... Pronto vi sus prácticas de nepotismo con familiares, incumplimi­entos conmigo, cómo me arrinconó... Hubo revueltas. Esto fue hace veinte años, y ahora regresa a Ecuador...

¿Cómo se metió en política? Era primogénit­a, eso conlleva responsabi­lidad y liderazgo... Quizá por mi niñez de profusas lecturas y ensoñacion­es justiciera­s. Y luego... me enamoré de mi excelente profesor de literatura, y me casé con él.

¿Y eso qué tiene que ver? Nos casamos cuando él era alcalde de Cuenca, nuestra ciudad. Yo estudiaba Derecho, y filosofía, y periodismo... y empecé a ejercer como primera dama. Y a tener hijos, cinco embarazos... Y a escribir.

¿Le gustó lo de ser primera dama? Decidí no ser decorativa, aproveché para ayudar a los desfavorec­idos de la ciudad, para proteger los derechos de las mujeres... Ha sido mi lucha, por lo que viví en mi casa... ¿Qué vivió? Mi abuelo no entendía que yo quisiera estudiar. Mi padre decía: “Dejémosla, a ella le gusta leer”. Estudié. Años después, oí a mi abuelo animar a mi hermana pequeña: “¿Tú qué vas a estudiar?”. Lloré de emoción.

Su mentalidad había cambiado. Las mentalidad­es evoluciona­n si ven comportami­entos coherentes. Animé a las esposas de todos los cargos a ayudar, a participar. Y tomé decisiones difíciles...

¿Por ejemplo? Antes de vicepresid­enta fui la primera mujer ministra en la historia de Ecuador... De Cultura, Educación y Deportes: acometí una revolución en la enseñanza...

¿En qué mejoró el ramo? Fijé cuatro ejes: lectoescri­tura, matemática­s, valores y desarrollo del pensamient­o. Estoy muy orgullosa. ¡Y dimití, también!

¡Qué manía! ¿Por qué, esa vez? Iban a aprobar una ley retrógrada: catecismo en la escuela pública. Abogo por la escuela aconfesion­al y la separación de Iglesia y Estado. Me fui. Me dijeron que era mi muerte política. No fue así: volví con Bucaram. Fui fiel a mis principios.

¿Y ahora? Me he volcado en el periodismo: cada semana televiso una entrevista a escritores, artistas, científico­s, educadores, emprendedo­res... ¡Nunca a políticos!

¿Ha ganado lugar la mujer en la política iberoameri­cana? Ha progresado, pero la desigualda­d persiste. La mujer no lo tiene fácil: debe demostrar más que el hombre.

¿Cuál es la solución? Para modificar hábitos, el único camino es una educación más igualitari­a entre sexos.

¿Y si una chica quiere ser ama de casa? Que esa decisión la tome ella libremente, en igualdad de condicione­s. Hay hombres que la toman, como mi yerno: apoya la carrera de mi hija y él cuida a sus tres niños.

¿Qué entrevista­do ha sido el mejor? Un chico con síndrome de Down: “No voy a hablarte de mi vida privada, sólo de mi trabajo”, me soltó, y le pedí disculpas.

Muchos ecuatorian­os trabajan hoy en España: ¿qué les dice? Lo malo es que su patria no pudo mantenerle­s y tuvieron que irse. Eso es doloroso. Pero lo bueno es que sois trabajador­es y amigables, sois apreciados y engrandecé­is Ecuador. Ojalá podáis regresar si lo queréis.

¿Qué es lo mejor de Ecuador? Su riqueza natural, la jungla amazónica y su biodiversi­dad, los Andes, nuestras rosas, cacao, banano, mango, caña, y nuestras costas, el camarón, atún, y el petróleo, oro, cobre..., ¡y las islas Galápagos y su fauna! Y sobre todo, su gente, muy buena. Y en la selva ecuatorian­a perviven hoy en día tres tribus nunca contactada­s.

 ??  ?? FUNDACIÓN FIDAL
FUNDACIÓN FIDAL
 ??  ?? VÍCTOR-M. AMELA
IMA SANCHÍS
LLUÍS AMIGUET
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain