La inflación crece en Catalunya
EL comportamiento de la inflación en España responde a los pronósticos efectuados y se modera a medida que avanza el año. Del 3% alcanzado en los meses de enero y febrero se ha consolidado ahora, al inicio del segundo semestre, en la mitad. En concreto en el 1,5% alcanzado en julio, el mismo porcentaje que se registró en junio. En esta ocasión ha sido el retroceso de los precios de los alimentos y de las bebidas no alcohólicas, así como la caída de los gastos de la vivienda, gracias al descenso del coste de la electricidad, los que han impactado en la baja del índice general de precios al consumo (IPC). La inflación subyacente, que es la que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se sitúa una décima de punto por debajo de la tasa general del IPC, hasta el 1,4%.
La tasa de inflación en Catalunya, en cambio, sigue el camino contrario del índice general del Estado. Ha subido dos décimas con respecto a junio, hasta el 1,9%, y se coloca como la comunidad autónoma más cara. Esto no es un buen dato para los trabajadores y los pensionistas, a quienes les baja su poder adquisitivo más que a los del resto de España, ni para las empresas catalanas, que pierden también más competitividad, lo que supone también un riesgo para el empleo. Si el diferencial con el conjunto del Estado es del 0,4%, con la media de la zona euro es del 0,6%.
El dato de la inflación, de nuevo, se ha convertido en punto de controversia entre la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras y UGT. La patronal vaticina que la inflación seguirá con su tendencia bajista durante los próximos meses, para acabar el año en el entorno del 1%, si no se producen grandes variaciones en la evolución de los precios del petróleo. En ello se basa, entre otras cosas, para defender el mantenimiento de la moderación salarial, con objeto de no perder competitividad y consolidar la recuperación de la economía y el empleo. Los sindicatos, en cambio, constatan que, por el momento, la inflación es muy superior al repunte de los salarios y de las pensiones y plantean una revalorización de ambos.
La cuestión de los sueldos deberá resolverse en el marco de las negociaciones entre empresarios y sindicatos, que a escala estatal se encuentran encalladas por la discrepancia sobre la cláusula de revisión salarial. La revalorización de las pensiones, a su vez, es objeto de enfrentamiento en el seno de la comisión del pacto de Toledo entre el Gobierno y la oposición. Son dos asignaturas pendientes para la vuelta de vacaciones.