La Vanguardia

Cuando una serie ya no adapta un libro publicado

¿Cuál es la historia oficial de ‘Juego de tronos’ ahora?

- PERE SOLÀ GIMFERRER Barcelona

Si los espectador­es de Juego de tronos recibieran una moneda de oro por cada sonrisa traviesa y spoiler involuntar­io de un lector de los libros, estos segurament­e podrían marchar por Poniente y comprar la lealtad de todos los habitantes de los Siete Reinos con mucha más facilidad que Cersei Lannister y Daenerys Targaryen. Durante las primeras cinco temporadas podían llevar la batuta porque conocían el universo mejor que el espectador medio, tanto por saber los giros de antemano como por dominar la cronología histórica y el mapa de personajes, imposibles de controlar únicamente a través de conversaci­ones de los personajes (sus acotacione­s eran un servicio público muy necesario). Pero desde que la versión televisiva ha adelantado el texto de George R.R. Martin por la derecha, desde que la adaptación pasó a ser el material de referencia, los seguidores más devotos están descolocad­os. ¿Cuál es el relato oficial de Juego de tronos, el llamado canon? ¿La serie o los libros?

“Es un tema bastante complejo, que lleva años levantando ampollas entre los fans. No me atrevo a afirmar ninguna de las cuestiones, ya que creo que es una respuesta que le incumbe en exclusiva al propio George R.R. Martin”, explica Francis Arrabal, coordinado­r del curso El fenómeno de Juego de tronos de la Universida­d de Málaga.

Lo que tiene claro es que esta discusión debe tener en cuenta un punto concreto: Martin ha tenido un gran peso dentro de la serie, participan­do en ella desde el inicio como guionista, coproducto­r ejecutivo y manteniend­o un contacto directo con David Benioff y D.B. Weiss, los responsabl­es de la adaptación. “Hay que aprender a disfrutar de los dos productos de forma complement­aria del universo, no excluyente”, recomienda Arrabal, que considera que Vientos de invierno y Sueños de primavera, las entregas que faltan por publicar, darán mucha perspectiv­a tanto para la serie como para la saga literaria.

Es un debate, además, que se podía prever desde el mismo momento en el que HBO dijo que adaptaría Canción de hielo y fuego. Desde 1991, cuando comenzó a plantear el universo, hasta 2011, cuando se estrenó la ficción televisiva, Martin había publicado un total de cinco entregas. Encima Martin parecía empeñado en demostrar que no era el escritor más veloz de la literatura fantástica y sí el más disperso: mientras Vientos de invierno debía aterrizar en las librerías en primavera de 2016 y se mantiene ausente, ya ha anunciado que tiene listos dos libros complement­arios sobre el universo de Poniente (y que

Vientos llegará posiblemen­te en 2018). Entre tanto retraso y desvío, los guionistas le están comiendo la tostada, asegurándo­se revelar el desenlace en primicia y entrando en un terreno pantanoso, ese donde los adaptadore­s ya no tienen un texto que adaptar, solamente el mapa de tramas esbozado por G.R.R. Martin y al que introducen muchos cambios.

“Es una situación que se ha dado muchas veces en el mundo del manga, que su adaptación a la pantalla ha adelantado el final”, afirma Ataly Vallejo, colaborado­ra de Podcast de hielo y fuego, el primer programa español sobre los libros y la serie. Ella reconoce que, mientras defiende aciertos de los guionistas como elevar la edad media del casting –“Es impensable ver a Daenerys siendo entregada a los trece años”–, es muy crítica con los cambios y la modificaci­ón de la versión oficial de la serie: “Benioff y Weiss en su papel de showrunner­s han cambiado, eliminado y fusionado personajes y tramas, y creando un producto ambientado en el universo de Canción de hielo y fuego que en muchos casos no sigue el canon de los libros”.

No hay ni rastro de Lady Corazón de Piedra, eliminaron la trama del posible hermano secreto de Daenerys, tampoco se menciona la existencia de Cuerno Dragón, Euron Greyjoy se ha quedado rasgos de Victarion, y la boda entre Sansa Stark y Ramsay Bolton, el elemento más discutido la temporada pasada, no sucedía en el canon marcado por los libros. Hay tramas que se han desviado tanto que ni los lectores pueden deducir el destino del personaje. ¿En opinión de Vallejo, entonces, cuál es la solución a la hora de determinar el relato oficial de los Siete Reinos? Separar ambos productos y aceptar que son realidades diferentes aunque con la serie se haya enterado de puntos fundamenta­les que en los libros no se han tratado todavía, como el origen de los Caminantes Blancos o la identidad de Jon Nieve como hijo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen y, por lo tanto, sobrino de Daenerys. “No creo que podamos hablar de un canon único”.

Antes leer los libros era garantía de controlar el relato y, de forma progresiva, significa estar en la oscuridad o en las mismas condicione­s que aquellos que no abrieron una sola página.

Los estudiosos de este universo recomienda­n aprender a disfrutarl­o en los dos formatos complement­arios

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HBO La batalla del cuarto episodio era una novedad tanto para lectores como para no lectores

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