La Vanguardia

El Barça incorpora a Paulinho en un intento de calmar los ánimos

Cristiano, sancionado con cinco partidos

- CARLES RUIPÉREZ

La primera derrota del Barça de Valverde –los cinco amistosos de pretempora­da se saldaron con cuatro victorias y un empate– deja la seguridad de que el Barcelona ahora mismo, tras perder a Neymar pero no sólo por la baja del brasileño, no puede con el Madrid ni sin Cristiano Ronaldo ni con diez. Evidenteme­nte es un problema porque es el gran rival del Barça en los tres títulos. Los tres goles blancos entroncan con los tres del Juventus y del City y los cuatro del PSG del curso pasado. Esa vulnerabil­idad obliga a la junta a reaccionar. A tomar cartas en el asunto. El Barça anda necesitado de fútbol y de ilusión. La oficializa­ción del fichaje de Paulinho no se hizo esperar.

Sólo unas horas después de la decepción en la ida de la Supercopa, Valverde ya tenía un nuevo jugador, un centrocamp­ista con músculo. Aunque fuese pagando 40 millones, cifra que el Barça se resistió durante más de 45 días a desembolsa­r, por un jugador de 29 años que militaba en la Superliga china. No será el último. Coutinho debe ser el siguiente pero difícilmen­te llegará antes del estreno de la Liga ante el Betis. El Barça no tiene la sartén por el mango pese a que el futbolista se haya acogido al transfer request y no esté en la convocator­ia del Liverpool para jugar hoy la previa de la Champions frente al Hoffenheim. Es el precio de fichar con prisas pero sobre todo de fichar con urgencias deportivas.

No hay nada como un fichaje para levantar el ánimo. Es una vieja ley no escrita del fútbol. Hace diez años el Camp Nou vivió una gran prueba. El 17 de junio del 2007 el Barcelona de Rijkaard perdió la Liga, empatado con el Madrid a puntos, a pesar de golear al Nàstic en la última jornada. Cinco días después el club cumplía uno de sus sueños al anunciar a Thierry Henry. Sin embargo, Paulinho no es Henry. Su llegada es más impopular. Y aunque ya es el tercer refuerzo, tras Deulofeu y Semedo, sigue siendo insuficien­te. El mediapunta Philippe Coutinho y el extremo Ousmane Dembélé, ambos tasados por encima de los 100 millones, son los elegidos para dar el nuevo impulso y siguen en la sala de espera.

“Toca renovarse sí o sí”, reclamó caras nuevas Sergio Busquets después que los blancos asaltaran el Camp Nou. “Cada año hay que mejorar cosas”, reflexionó el capitán Andrés Iniesta. “Queremos tener el mejor equipo posible y hasta el 31 de agosto hay mercado”, apuntó Valverde, aunque el técnico no está nada cómodo hablando de fichajes.

No es casual que dos de los capitanes y el entrenador coincidan en el diagnóstic­o. Ahí entra Paulinho, un medio con potencia, experienci­a y equilibrio. Desde el club se apunta que no es un arrebato tras el 1-3 del Madrid ni un bandazo en las prioridade­s ante la imposibili­dad de traer a Marco Verratti. La secretaria técnica hace tiempo que había pensado en el perfil de Paulinho y su llegada no era excluyente a la del italiano del PSG ni ahora la de Coutinho. La prueba de que su nombre nunca desapareci­ó de encima de la mesa es que el futbolista ya volaba desde China antes del partido del domingo.

Finalmente, el Barcelona aceptó pagar los 40 millones que pedía el Guangzhou Evergrande. Ese era uno de los miedos del club blaugrana, que contó con la complicida­d del jugador, que se rebajará el sueldo y en el Camp Nou cobrará prácticame­nte la mitad que China. Paulinho, que tendrá una cláusula de rescisión de 120 millones, sin ser un goleador ni un creativo, se sitúa como cuarto fichaje más caro por detrás de Neymar, Luis Suárez e Ibrahimovi­c y empatado con David Villa. A la espera de que Coutinho y Dembélé rompan récords.

El fichaje del centrocamp­ista brasileño se enmarca dentro de unas incorporac­iones sin dar con la tecla adecuada en una medular donde radicaba la fuerza del Barça de Guardiola. En los últimos cinco años han llegado Song, Rakitic, Arda Turan, André Gomes y ahora Paulinho. En total, se ha gastado 146 millones en medios y sólo el croata se hizo indispensa­ble, curiosamen­te el más barato. Esa apuesta no ha pasado inadvertid­a para la Masia, cuna de cerebros. Thiago se fue, Sergi Roberto anda con la mosca detrás de la oreja y Sergi Samper se enteró ayer que, después de un año de cesión en el Granada, no tendrá ficha en el primer equipo.

La debacle en la ida de la Supercopa tiene más consecuenc­ias y es que también debilita al Barcelona en sus negociacio­nes por Coutinho y Dembélé. Ahora tanto el Liverpool como el Borussia Dortmund saben que el club blaugrana está necesitado y eso les da argumentos para no ceder e intentar sacar más dinero por dos de sus estrellas. El Barça ya lleva invertidos 82 millones y puede llegar a 300. Es el precio de fichar con urgencias.

UN PERFIL BUSCADO Valverde y dos capitanes pidieron fichajes tras el 1-3, pero el club desliga la llegada del brasileño de la derrota contra el Madrid El centrocamp­ista, de 29 años y del Guangzhou, se convierte en el cuarto fichaje más caro del club tras Neymar, Luis Suárez e Ibra y empatado con Villa

 ?? JUAN MEDINA / REUTERS ?? Sin el apoyo de Neymar, a Leo Messi se le vio en el clásico del domingo falto de socios en el ataque del Barcelona
JUAN MEDINA / REUTERS Sin el apoyo de Neymar, a Leo Messi se le vio en el clásico del domingo falto de socios en el ataque del Barcelona

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