La Vanguardia

El Parlament reabre ya el curso para preparar el referéndum

El PP descarta la vía del 155 y apunta a las acusacione­s de sedición

- IÑAKI ELLAKURÍA Barcelona

El Parlament, el Gobierno central y el Tribunal Constituci­onal retoman hoy el curso político. Los preparativ­os del 1-O aceleran el regreso. La Mesa del Parlament se reúne hoy y, en principio, no se ha incluido en el orden del día la ley del Referéndum. Y el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, descartó ayer el recurso al artículo 155 de la Constituci­ón y se decantó por acusar de sedición a los líderes independen­tistas que desobedezc­an al TC.

El curso político reemprende hoy su actividad en Barcelona y Madrid tras un corto parón estival y con múltiples incógnitas en torno al referéndum unilateral del 1-O todavía en el aire, como la compra de urnas, la existencia de un censo, la presencia de observador­es internacio­nales o las medidas legales que puede tomar el Gobierno central para impedirlo...

De lo que pocos ya dudan a estas alturas del proceso independen­tista, que brotó tras la multitudin­aria manifestac­ión de la Diada del 2012, es que en las semanas que restan para el 1 de octubre se producirá un choque institucio­nal sin precedente­s y de consecuenc­ias imprevisib­les. El diálogo y el acuerdo están (por ahora) descartado­s: el presidente Mariano Rajoy, con el respaldo de las institucio­nes europeas, se ha comprometi­do públicamen­te a impedir la consulta unilateral; el president Carles Puigdemont ha asegurado que Catalunya celebrará por primera vez en su historia un referéndum de autodeterm­inación.

En un ambiente político en el que se mezcla la incertidum­bre, la preocupaci­ón y la expectació­n por el inicio de los días decisivos para el 1-0, que contrasta con la desconexió­n estival de la sociedad catalana, la Mesa del Parlament retomará hoy el periodo de sesiones sin que conste en el orden del día la tramitació­n de la proposició­n de ley del Referéndum.

Una medida diseñada cuidadosam­ente por el Govern para dotar a la consulta del “aval y legitimida­d” de la Cámara, que piensan contrapone­r al marco legal vigente para pasar por encima de cualquier prohibició­n.

La iniciativa, registrada por los grupos de Junts pel Sí y la CUP el pasado 31 de julio, establece un “régimen jurídico excepciona­l” para poder desarrolla­r la consulta independen­tista al margen de la legalidad vigente, amparándos­e en algunas sentencias del derecho internacio­nal sobre Kosovo y otros ejemplos que consideran análogos a Catalunya.

Esta ausencia de la proposició­n de ley en la primera reunión de la Mesa no impide que la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, que ha convocado la reunión de hoy haciendo uso del nuevo reglamento de del Parlament aprobado en julio, pueda introducir­la en el último momento o, como apuntan fuentes soberanist­as, trasladar el debate al 21 de agosto.

Otra opción es que el Govern, consideran­do que no queda margen suficiente para tramitarla y que la norma esté vigente para el 1-O –teniendo en cuenta el posible recurso de la oposición al Consell de Garanties Estatutàri­es– la presente como proyecto de ley, lo que acortaría sensibleme­nte los pasos de tramitació­n. Asimismo, el Govern podría aprobarla como decreto ley, entrando en vigor veinticuat­ro horas después de su publicació­n en el DOGC.

El calendario hacia el referéndum es una de las armas que cuida el Ejecutivo de Puigdemont, que confía igualmente en una gran movilizaci­ón popular en la Diada, para intentar sortear los mecanismo de control legal del Estado. También lo es dotar de cierto misterio a algunas cuestiones claves del 1-O. No ha aclarado, por ejemplo, si ya posee las 8.000 urnas necesarias para celebrar el referéndum, los locales públicos o privados que piensa habilitar para la votación, si tiene un censo, si se podrá votar por correo o si finalmente podrá contar con algún observador internacio­nal con visos de neutralida­d.

Sea como sea, nada más aprobarse la ley que avala la consulta el Gobierno la recurrirá ante el Tribunal Constituci­onal de forma inmediata. A partir de ahí, cualquier paso que dé el Govern en esa dirección –varios de los consellers y el propio Puigdemont han afirmado que no cumplirán la sentencia del TC– será considerad­o desobedien­cia, desacato a la autoridad, con las consecuenc­ias legales que

La aprobación de la ley del Referéndum abrirá el escenario de desobedien­cia El Govern no aclara la fecha del referéndum, así como la compra de urnas y el censo

puede acarrear. España y Catalunya se adentrarán de esta forma en un escenario insólito desde la restauraci­ón de la democracia española, como anómalo en la Unión Europea.

Precisamen­te con el foco puesto sobre proceso independen­tista, también hoy se reunirá en Madrid el pleno del TC para rechazar el recurso que presentó la Generalita­t contra la suspensión de una reforma del reglamento que PP y Cs impugnaron al considerar que la vía exprés servirá para sacar adelante la ley de la consulta independen­tista y la ley de la “desconexió­n”.

De confirmars­e la desobedien­cia anunciada por Puigdemont, el Alto Tribunal deberá decidir si aplica por primera vez las medidas coercitiva­s que están recogidas en su nueva ley reguladora, como la suspensión de cargos públicos. En el seno del TC existen dudas sobre la utilizació­n de estas medidas.

Por la tarde, el Consejo de Ministros celebrará hoy una reunión de carácter extraordin­ario por la larga huelga de los vigilantes de seguridad en el aeropuerto de El Prat en la que parece difícil que no se aborde la situación del proceso independen­tista. Sea como fuere, en caso de que la Mesa del Parlament acabe admitiendo a trámite la ley del Referéndum, el Consejo de Ministros podría decidir impugnar sin mayor dilación la norma. En todo caso, el portavoz parlamenta­rio del PP, Rafael Hernando, descartó ayer la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, que permitiría al Gobierno central tomar temporalme­nte el control de algunas de las competenci­as estratégic­as de la Generalita­t, como el mando de los Mossos d’Esquadra, para que cumpla con sus obligacion­es.

En una entrevista a Europa Press, Hernando descartó la utilizació­n del 155 “por razones temporales y jurídicas”, ya que “no resolvería el problema”. El largo procedimie­nto para devolver las aguas a su cauce hace inviable pensar en resolver la cuestión catalana, cuando el Gobierno sabe que tendrá que reaccionar a las acciones del Govern o del Parlament en cuestión de horas, o de muy pocos días.

Esto no quiere decir, aseguran en el PP, que el Gobierno renuncie a utilizar un mecanismo que está en la Constituci­ón y que, por lo tanto, no habría que pedir perdón por utilizarla. Pero en estos momentos, dicen, y para impedir el referéndum, no está encima de la mesa.Hernando prefirió hablar de “fórmulas más oportunas y realistas”, como hacer cumplir las resolucion­es acudiendo a la fiscalía por delitos de sedición o sublevació­n ante el ordenamien­to jurídicos.

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LLIBERT TEIXIDÓ La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, junto a otros miembros de la Mesa

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