Si bebes, no vueles
Crece de modo alarmante el número de británicos detenidos por emborracharse a bordo
Crecen las detenciones en los aeropuertos británicos por ingesta de alcohol.
Algunas cosas se magnifican cuando están fuera de contexto. Otras triplican su efecto cuando se toman en un entorno no habitual. Y es que aunque volar sea algo cada vez más asequible y frecuente, beber alcohol no tiene el mismo efecto en un avión a 11.000 metros de altura que un bar, un restaurante o nuestra casa. Los cambios de presión y la menor cantidad de oxígeno en el ambiente facilitan la deshidratación y si a eso se le suma la ingesta de licor, vino, cerveza o espumoso, el efecto de estos en las personas es mucho mayor.
En el Reino Unido, la relación de parte de su población con el alcohol no es precisamente una cuestión que haga sentir orgullosos a los británicos, hasta el punto que el antiguo Primer Ministro, David Cameron calificó ya en el 2012 el excesivo consumo de sus compatriotas como “un escandaloso problema nacional”.
Cameron ya no está al timón del destino del país y el problema sigue lejos de resolverse. De hecho, hace unos días Panorama ,el veterano programa de investigación de la BBC y probablemente uno de los de más larga trayectoria del mundo –empezó a emitirse en 1953– reveló que el número de personas detenidas en aeropuertos del Reino Unido por ingesta masiva de alcohol y altercados relacionados con éste en aviones se había disparado un 50% en tan sólo un año.
Los datos que maneja la investigación de Panorama proceden de 20 equipos policiales diferentes de todos los grandes aeropuertos del país e indican que como media se detuvo a mas de una persona al día entre febrero de 2016 y el mismo mes de este año: 387 personas frente a las 255 del mismo periodo sólo un año antes.
Estos son ya casos extremos, pues para llegarse a precisar la presencia de fuerzas de seguridad a bordo de una aeronave la situación ha de ser realmente tensa y violenta, algo que corrobora otra de las fuentes en las que el equipo de investigación de la BBC basó su trabajo: una encuesta que el sindicato Unite the Union envió a 19.000 auxiliares de vuelo británicos sobre este problema, y que fue contestada por más de 4.000 tripulantes que se enfrentan a diario a conflictos relacionados con el estado de ebriedad de pasajeros.
Más de la mitad de los encuestados revelaron habían presenciado abusos verbales, físicos o incluso sexuales a bordo de vuelos con salida o llegada al Reino Unido y uno de cada cinco también reconocieron que habían sido atacados físicamente durante uno de esos viajes aéreos.
En este punto hay que recordar que los vuelos con los aeropuertos de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte son los segundos en importancia en la red de aeropuertos españoles Aena después de los nacionales, pues de los 230 millones de pasajeros aéreos que pasaron por España, algo más de 41 millones y medio vinieron o fueron a Gran Bretaña, por lo que muchos altercados se producen con viajeros que inician sus vacaciones o las terminan principalmente en costas e islas españolas.
El año pasado, de cara a disminuir el consumo excesivo de alcohol en los aeropuertos, las partes implicadas se mostraron muy activas en la creación de un “código voluntario” para limitar la venta de bebidas en bares y tiendas libres de impuestos de las terminales aeroportuarias.
Las cifras han demostrado que la iniciativa ha sido un sonoro fracaso y se ha primado el negocio por encima de la coherencia o la seguridad, de ahí que grandes compañías como Ryanair o la asociación Airlines UK, patronal aeronáutica británica que representa a prácticamente todas las aerolíneas del país, hayan pedido ya al gobierno de Theresa May que trabaje para considerar directamente un delito contra la seguridad aérea el que los pasajeros beban a bordo alcohol no servido por las tripulaciones, pues estos profesionales son los responsables del buen funcionamiento de un vuelo y conocen perfectamente comportamientos, actitudes de pasajeros y los riesgos que ello conlleva.
Ante la gravedad del problema, sobre todo desde que se ha revelado en la televisión pública británica, el Ministerio del Interior ha recogido el guante y uno de sus portavoces ya ha indicado que se está considerando seriamente la petición de mayores restricciones en los aeropuertos para que la espiral de alcohol y altercados aéreos frene.
JAVIER ORTEGA FIGUEIRAL Los efectos de las bebidas alcohólicas son mayores por la presión y la menor cantidad de oxígeno El Gobierno del Reino Unido considera la posibilidad de fijar mayores restricciones en los aeropuertos