Al violín, Sarah Chang
La estrella toca ‘Las cuatro estaciones’ junto al Quartet Gerhard en Porta Ferrada
Sarah Chang tenía ocho años cuando debutó como solista junto a la Filarmónica de Nueva York. Ahora, desde sus actuales 36, parece sencillo mirar atrás, pero la suya fue una infancia de niña prodigio que llenó durante años las páginas en la prensa especializada. Sobre todo en su país, Estados Unidos.
La estrella de origen coreano y nacida en Filadelfia (Pensilvania) sigue en la brecha después de haber tocado con las más grandes batutas y las principales orquestas del planeta. Llegó a ser incluida, cuando aún no había cumplido todavía los 30, en la lista de las veinte mujeres más influyentes del año elaborada por la revista Newsweek.
Hoy no se la verá como es habitual en una sala de conciertos –actuó hace unas pocas temporadas junto a la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, en L’Auditori– sino en el contexto de un festival de verano, el de la Porta Ferrada en Sant Feliu de Guíxols, y junto a una formación local que ha superado ya la calificación de emergente: el Quartet Gerhard, uno de los conjuntos de cuerda con más proyección del país.
El programa no puede defraudar al gran público, pues interpretarán juntos las Cuatro estaciones de Vivaldi, pieza universal del repertorio barroco donde las haya. La grabación de Chang de estos ya clásicos cuatro conciertos, en el 2009, fue muy bien recibido por la crítica. De modo que la estrella del violín da el salto del Barbican Hall de Londres o el Hollywood Bowl de Los Ángeles, escenarios donde actuó en esta última década, al del estival Porta Ferrada.