Del mostrador al plato
La cadena de restaurantes Arròs i Peix factura 2 millones de euros y emplea a 50 personas
Con una copa de cava en la mano y observando cómo se mueven las patas de las cigalas, el primero que hay que hacer antes de sentarse es escoger el pescado de entre todos los que se muestran en el mostrador. Como si fuera el mercado, la cadena de restaurantes Arròs i Peix ofrece género fresco y de proximidad para ser cocinado al momento.
Gemma Vinadé puso en marcha este concepto de ir al restaurante en el año 2011. Desde joven había trabajado en el ámbito de la restauración y, en los últimos años, había dirigido varios restaurantes en Barcelona. Pero la ilusión de empezar un proyecto propio la llevó a abrir su primer restaurante en Vic, cerca de su residencia aunque lejos de la tradición marinera. Invirtió en torno a 120.000 euros y asegura que la poca competencia y la originalidad del concepto convenció al cliente.
Pero el mejor acierto, explica, fue su segundo restaurante, que abrió dos años más tarde en el casco antiguo de Girona. La inversión para ponerlo en marcha fue similar, como también la del tercer local, que inauguró en Platja d’Aro en el 2015. “Los públicos son diferentes y viendo que el concepto de Arròs i Peix encajaba en todas partes, decidí dar el salto a Barcelona”. Vinadé explica que la apertura en la capital catalana no fue fácil. “Costó mucho encontrar un local de alquiler disponible en un barrio que me convenciera”. Finalmente, Vinadé optó por la Via Laietana, una zona donde espera captar tanto al cliente turista como al barcelonés.
El nuevo restaurante lleva pocos meses abierto y Vinadé asegura
El negocio nació en Vic y tiene locales propios en Girona, Platja d’Aro y, recientemente, en Barcelona
que para ponerlo en marcha ha tenido que invertir 600.000 euros, obtenidos con la ayuda financiera de Carles Vergara y las sociedades Inbrofon y Promofem 2000, que a raíz de su aportación se han convertido en socios de la compañía. Vinadé espera obtener rentabilidad de este restaurante dentro de dos años.
Ahora, la empresa factura casi 2 millones de euros y Vinadé espera cerrar en el 2017 con 3,5 millones por la actividad del nuevo establecimiento en Barcelona. Hoy, Arròs i Peix emplea a unas 50 personas. Es una cifra que la empresaria espera incrementar dentro de unos años, cuando el negocio se expanda a Madrid y el País Vasco y quizás, dé el salto al Reino Unido. Es un plan ambicioso pero que Gemma Vinadé quiere llevar a cabo sin prisas. Tiene claro que quiere crecer con establecimientos propios, sin franquicias. Es la única manera de controlar la calidad del servicio y del género. Vinadé dice que es ella quien directamente escoge la mercancía en Mercabarna o en Palamós. Lo hace sin intermediarios, para asegurarse de que el producto que ofrece tiene las garantías de ser servido del mostrador al plato.