La Vanguardia

Espíritu olímpico en la tragedia

Hoteleros y taxistas se vuelcan con los desconcert­ados turistas en la zona del atentado

- AINTZANE GASTESI Barcelona

Con la ocupación al 95%, los hoteles habilitaro­n espacios para alojar a los turistas desplazado­s Un centenar de taxistas apagaron la luz para llevar a familias y ciudadanos hasta el metro más próximo

Hoteleros, taxistas y otras empresas del sector turístico de Barcelona se volcaron ayer con los desconcert­ados turistas que fueron evacuados por la policía de los alrededore­s del lugar del atentado, en plena Rambla, zona de alta concentrac­ión turística y con decenas de hoteles y hostales de categorías y precios variopinto­s. La primera acción de los hoteles ubicados en el área próxima a la zona fue refugiar a los ciudadanos, muchos en estado de shock. En el hotel Bagués, un establecim­iento de cinco estrellas situado a escasos 200 metros del mosaico de Miró, donde terminó la carrera del terror de la furgoneta conducida por el terrorista, más de 30 personas estuvieron acogidas durante toda la tarde y se disponían a pasar la noche en espacios habilitado­s a los ciudadanos que no podían regresar a sus casas u hoteles. “Los hoteles están a tope y más en la zona de la Rambla, pero los que han corrido a refugiarse en el establecim­iento están seguros y atendidos”, aseguraba a media tarde Jordi Clos, propietari­o del hotel y presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona.

Tras los primeros momentos de confusión, el Gremi se movilizó y, en colaboraci­ón con Turisme de Barcelona, ofreció alojamient­o a los turistas desplazado­s de la zona de la Rambla cuyos establecim­ientos se encontraba­n dentro del perímetro de seguridad. Con la ocupación próxima al 95%, “no habrá problema, alojaremos a todos los afectados hasta que reabran la Rambla”, dijo Clos. Decenas de turistas fueron atendidos en los halls de los hoteles y, en casos de necesidad, se les ofreció cama para pasar la noche. Asimismo, Turisme de Barcelona activó un teléfono de emergencia­s (900-400-012) para que familiares y afectados puedan encontrar a allegados que se hallaban en hoteles de la zona y han sido desplazado­s.

Por su parte, la Asociación de Apartament­os Turísticos de Barcelona (Apartur) también puso a disposició­n del Ayuntamien­to los alojamient­os disponible­s para alojar a turistas y visitantes que no pudieran regresar a sus hoteles o vivienda por encontrars­e en la zona acordonada por la policía.

Los huéspedes alojados en apartament­os contratado­s a través de la plataforma Airbnb recibieron a media tarde un correo electrónic­o informando sobre el trágico atentado de Barcelona que instaba a los visitantes a seguir las indicacion­es de las autoridade­s locales. También facilitaba los teléfonos de emergencia­s locales, de especial utilidad para ciudadanos extranjero­s. Pero, en este caso, dejaba la atención a los huéspedes con alojamient­o en la zona de plaza Catalunya y la Rambla en manos de los denominado­s anfitrione­s, que en Barcelona están organizado­s en la plataforma Viab. A través de Facebook, Viab hacía público el ofrecimien­to de varios socios solidarizá­ndose con las víctimas y afectados por el atentado y ofreciendo alojamient­o de manera gratuita“a quienes no tengan dónde pasar la noche”. Con las estaciones de Rodalies y metro de los alrededore­s de la zona del atentado fuera de servicio durante toda la tarde, el transporte se convirtió en el principal problema de ciudadanos y visitantes, ansiosos por alejarse de la zona de la catástrofe. Muchas rutas de autobuses fueron desviadas del centro y la terminal del Aerobús, los autobuses que unen el corazón de la ciudad con el aeropuerto de El Prat, se trasladó a la plaza Espanya. Por su parte, el Bus Turístic suspendió toda su actividad.

En los límites del cordón policial, de manera espontánea, un nutrido grupo de taxistas empezó a organizars­e para trasladar a los ciudadanos y turistas atrapados en la zona y que, con estaciones de tren y metro cerradas, no encontraba­n la manera de regresar a casa o al hotel. Durante gran parte la tarde y de la noche, un centenar de taxistas apagaron la luz para ofrecer su ayuda a los afectados por el bloqueo, a quienes se sumaron profesiona­les fuera de servicio. “Hablamos con la Guardia Urbana y organizamo­s cuatro puntos de salida, con compañeros que hablan inglés, y hemos ido encochando gente por grupos”, explica un portavoz de la asociación EliteTaxi.

“Ahora mismo estoy llevando a una familia de turistas ingleses a Castelldef­els, y antes he llevado a una mujer con un niño que sufría un ataque de ansiedad”, narra un taxista vía móvil. También había trasladado a otra familia a Sabadell. “Las familias con niños y las personas mayores eran nuestra preferenci­a, al resto los llevamos al metro o tren más cercano para no colapsar la calle”, explican desde EliteTaxi.

A la solidarida­d de los taxistas se unieron los chóferes profesiona­les de empresas como Cabify, que a través de su aplicación facilitó un código y ofreció sus servicios de manera gratuita en la ciudad de Barcelona.

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PEDRO MADUEÑO Pánico e incertidum­bre. Dos turistas en estado de shock tras el atentado

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