Trump pide balas con sangre de cerdo para los islamistas
Los líderes mundiales se vuelcan con Barcelona
El Vaticano: “El Papa reza por las víctimas y desea expresar su cercanía a todo el pueblo español”
Obama: “Los americanos siempre estaremos junto a nuestros amigos españoles; un abrazo”
La incontinencia traiciona a Donald Trump incluso a la hora de dar el pésame. El presidente de EE.UU. escribió en Twitter su condolencia por el atentado de la capital catalana un “os queremos”. Rápidamente habló de terrorismo, no como en lo sucedido en Charlottesville. La cuestión es que luego aprovechó para recuperar una leyenda urbana en la represión contra los fundamentalistas.
“Hay que estudiar lo que hizo el general Pershing a los terroristas cuando los cogieron. No hubo más terrorismo islámico radical en 35 años”. De inmediato saltaron las alarmas. El presidente sacó una historia, totalmente despreciada por los historiadores, al resucitar al general Joseph Black Jack Pershing, que ejerció de gobernador de Filipinas durante la ocupación estadounidense de la isla asiática. Durante la campaña ya explicó su relato, en el que, según la versión de Trump, el general cogió 50 balas y las impregnó en sangre de cerdo. Luego puso en fila a 50 detenidos musulmanes y uno a uno, les pegó un disparo. Al llegar el último, le mostró la bala y le dijo que le perdonaba la vida para que fuera y explicara lo sucedido.
Los historiadores sostienen que es una leyenda. Que el general jamás protagonizó ese capítulo. Al parecer, viene porque en Filipinas se habían hecho enterramientos de musulmanes en sangre de cerdo, pecado para ellos, como un elemento disuasorio. Sin embargo, si sucedió esto, fue en una época en la que aún no estaba allí el general.
El mensaje contrasta con el del expresidente Barack Obama, que desde que dejó la Casa Blanca se manifiesta en público en contadas ocasiones. Escribió: “Michelle y yo pensamos en las víctimas y sus familias en Barcelona. Los estadounidenses siempre nos mantendremos junto a nuestros amigos españoles. Un abrazo”.
En el otro lado del Atlántico las condolencias fueron más al uso. Uno de los primeros fue Paolo Gentiloni, el presidente italiano, quien describió a Barcelona como una ciudad “espléndida y amiga” y recordó que Italia se encuentra cerca de las autoridades. También se pronunció el presidente francés, Emmanuel Macron, que habló de un “trágico ataque” y pidió permanecer “unidos y determinados” frente al terrorismo. “El Reino Unido está junto a España contra el terrorismo”, dijo la primera ministra británica, Theresa May. La canciller alemana, Angela Merkel, se expresó en boca de su portavoz, Steffen Seibert, quien aseguró que Berlín “piensa con una profunda tristeza en las víctimas del ataque indignante de Barcelona”.
El mismo espíritu se trasladó a Bruselas, donde todos los líderes condenaron la barbarie. El presidente de la Comisión, JeanClaude Junker, aseguró que su institución se encuentra “a plena disposición de las autoridades para cualquier ayuda o asistencia necesaria”. “Este ataque cobarde tenía como objetivo a aquellos que disfrutan de la vida y que comparten su tiempo con familias y amigos. Nunca nos vamos a encoger ante tal barbarie”, expresó Juncker. Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, afirmó que “toda la UE unida en defensa de la paz”, escribió.
Desde Roma, el papa Francisco manifestó su “gran preocupación” por el atentado, informó el portavoz del Vaticano, Greg Burk: “El Papa reza por las víctimas de este atentado y desea expresar su cercanía a todo el pueblo español, especialmente a los heridos y a las familias de los fallecidos”.
Los alcaldes de grandes ciudades golpeadas por el terror se sumaron a la condena, como Bill de Blasio, que informó que la policía de Nueva York está siguiendo el ataque; Anne Hidalgo, quien dijo que Barcelona y París son ciudades de “amor y tolerancia”, o Sadiq Khan, que declaró que “Londres se mantiene junto a Barcelona contra el demonio del terrorismo”.