Un yihadista deberá pagar 2,7 millones por destruir Tombuctú
El Tribunal Penal Internacional (CPI) de La Haya condenó ayer al yihadista maliense Ahmad al Mahdi al Faqi, alias Abu Turab, a pagar 2,7 millones de euros por la destrucción de bienes patrimonio de la humanidad en Tombuctú (Mali), caso por el que ya cumple nueve años en prisión. Los nueve mausoleos y la mezquita que admitió haber destruido eran “parte de la memoria compartida y la conciencia colectiva de la humanidad” y su desaparición “impide transmitir sus valores y conocimientos a las generaciones futuras", agregó el tribunal.
Asimismo, se considera que Al Mahdi ha causado grave perjuicios a los residentes de Tombuctú, cuya economía depende directamente del turismo. Las reparaciones son, por un lado, colectivas, para “la rehabilitación de los sitios” y por otro van a la comunidad de Tombuctú, para que pueda hacer frente a las pérdidas económicas. Se ordenan reparaciones individuales para aquellos cuyos medios de vida “dependían exclusivamente de los edificios atacados” y morales a las personas cuyos antepasados habían sido enterrados en el lugar del ataque. La sentencia añade que el extremista podrá incluir medidas simbólicas –como una ceremonia– para reconocer públicamente el daño infligido. Los jueces consideran que Al Mahdi también debe indemnizar al Gobierno maliense y a la Unesco.
El yihadista, tuareg nacido en una localidad a 100 kilómetros de Tombuctú, fue entregado al TPI por las autoridades de Níger el 25 de septiembre del 2015.