El lector expone
Rambla, Rambla de mi alma
Eres rambla de flores, eres rambla de cánticos celestiales, eres el pisar de corazones, de hombres, mujeres y niños. Rambla de visitantes que te quieren, te aman y te adoran, con tu fuente de Canaletes, agua que refrescas el continuo caminar del turista, del actor, del político, del empresario, del operario, de los padres y los niños, hoy querida Rambla, por qué me cambias, no, no, no eres la misma.
Estás sufriendo y llorando con lágrimas que brotan de tus adoquines, de tus árboles, de tu fuente de Canaletes, has visto correr de miedo a tus hijos, has oído el sonar de las ambulancias por tu corazón partido que, lleno de sollozos, ha recibido la inesperada y maldita muerte de tus amigos que venían a abrazarte y quererte llevándose consigo lo que tú eres, ¡ la Rambla de Barcelona!, por los países de todo el mundo. Rambla, no quiero que llores, no quiero que estés triste, tú no has sido culpable de esta macabra tarde, han sido desmadrados y terribles asesinos, que con una furgoneta rompían todo lo que tú nos das cada día: salud, alegría, sonrisa y paz. Rambla, te quiero, te amo y te adoro, aunque unos sanguinarios estúpidos y cobardes hayan querido romper a pedazos nuestros corazones.
Sé que nuestros llantos no se podrán olvidar, y cada vez que mis pies pisen tus baldosas, beba tu agua y mire a los árboles que nos dan sombra, me uniré a tu mirada, y mirando los dos al cielo recordaremos con amor y cariño aquellos que hoy nos dejaban con penas y llantos y que ni tú ni nadie podemos contener las lágrimas que saltan de nuestros ojos al latido de nuestro corazón apenado.
Rambla de Barcelona, no decaigas por tanto dolor, porque tú nunca estarás sola.
CARLOS RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
Esplugues de Llobregat