La cantante que se desprendió del $
DESDE SU ANTERIOR TRABAJO, HACE CINCO AÑOS, KESHA HA PASADO POR UN INGRESO CLÍNICO, UNA DEPRESIÓN, UN TRASTORNO ALIMENTICIO Y UNA DEMANDA POR ABUSO SEXUAL
La artista renace con un disco en el que se abre a una nueva vida después de su travesía del desierto
En enero del 2014 entró en una clínica especializada en trastornos de la alimentación. Su novio consiguió que el personal médico aceptase que mientras estaba internada pudiese usar un pequeño órgano, casi de juguete. Kesha Rose Sebert (California, EE.UU., 1987) lo utilizó como complemento a su terapia y con él compuso Rainbow. También se le permitió recibir cartas de los fans e incluso contestarlas. En una de esas respuestas filtró lo que estaba por venir, un escándalo mayúsculo en la industria del pop: “Alguien con quien trabajo me ha llevado literalmente a esta enfermedad”. Si la conocimos como la despreocupada y fiestera Ke$ha, lo primero que hizo la cantante al salir de la clínica, dos meses después, fue eliminar el símbolo del dólar de su nombre. El siguiente paso fue demandar a su productor y representante.
Si la metáfora del ave fénix no estuviese tan indebidamente manida, este sería el caso oportuno para emplearla: Rainbow, publicado el pasado 11 de agosto y de inmediato número uno en iTunes en 19 países, es el resultado de la transformación que Kesha ha sufrido desde el 2012, fecha de su anterior trabajo, Warrior. Una eternidad en el negocio de la música de baile. La joven ha cumplido los 30 exponiendo su intimidad ante los medios y desnudando su alma en un álbum al que la revista especializada Rolling Stone le ha otorgado cuatro estrellas.
Hace unos días la artista aparecía en el programa de televisión estadounidense Good Morning America, para presentar un trabajo cuyo primer single, Praying, se refiere sin pronunciarlo al origen de su tormento: Kesha acusó a su productor y reputado hacedor de estrellas, Lukasz Gottwald ( conocido como Dr. Luke, por cuyas manos pasaron Britney Spears, Katy Perry y Miley Cyrus,) de haberla drogado, causado un trastorno alimentario y abusado sexualmente de ella. Asimismo, pidió ante el juez ser liberada del contrato que la unía a él.
Cuando todo se hizo público, el pasado mes de octubre, el hashtag #FreeKesha llegó a los medios y Taylor Swift y Adele le ofrecieron su apoyo público. No sirvió. La contrademanda presentada por Dr. Luke, por difamación e incumplimiento de contrato, sosteniendo que las acusaciones eran la cortina de humo para rescindirlo, venció en los tribunales. Hoy Kesha sigue ligada a Kemosabe Records, la compañía de Dr. Luke, pero Sony Music –propietaria del sello– ha apartado al productor de su camino. En cuanto al abuso que la cantante relata, habría sucedido hacia el 2005, tras una fiesta en casa de Paris Hilton, y los jueces aún no han zanjado la cuestión.
Este nuevo disco es un canto a la esperanza tras la tormenta emocional que ha vivido. En todo este proceso, ha sido fundamental para ella el apoyo de sus incontables fans en todo el mundo, a quien cariñosamente llama “sus animales”, por su primer disco, Animal.