El cardenal Omella pide a los políticos “unidad y concordia”
Los Reyes, Rajoy, Puigdemont y Colau asisten a la misa en la Sagrada Família por las víctimas de los atentados del jueves
A primera hora de la mañana, centenares de personas, barceloneses y turistas del conjunto de España y del extranjero, aguardaban haciendo cola, en respetuoso silencio, la apertura de la basílica de la Sagrada Família para participar en la misa por la “la paz y concordia” que ofició el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, en recuerdo por las víctimas de los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils. Los Reyes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la del Congreso, Ana Pastor, y el de la Generalitat, Carles Puigdemont, encabezaban la amplia representación institucional en una ceremonia religiosa a la que asistieron 1.800 personas.
En su homilía, en la que alternó el catalán y el castellano, el cardenal Omella, como había hecho previamente Sebastià Taltavull, arzobispo auxiliar de Barcelona, aprovechó la nutrida presencia de autoridades para enviarles un nítido mensaje: “Esto es un hermosos mosaico. Todos unidos con el objetivo común de la paz, el respeto, la fraternidad y el amor solidario: La unión nos hace fuertes, la división nos corroe y nos destruye”.
Un llamamiento a la unidad y al diálogo que, en la actual situación de “tregua” entre el Gobierno y la Generalitat por los atentados, con el proceso independentista en un momentáneo segundo plano, contiene una carga política indudable.
Omella leyó los dos mensajes que el papa Francisco le hizo llegar tras conocer la sangrienta masacre de la Rambla, uno oficial a través de la Secretaría de Estado, y otro en persona que dejó grabado su Santidad en el móvil del cardenal. En sus mensajes, el Papa recordó que Antoni Gaudí pensó la Sagrada Família como un “templo reparador”, y pidió orar para que “Dios cambie nuestros corazones de piedra y nos de un corazón de carne lleno de fraternidad, misericordia y paz”.
El arzobispo de Barcelona alabó la generosidad y la entrega de las fuerzas de seguridad, de los profesionales de la sanidad y los ciudadanos de a pie: “Hay mucha reserva de humanidad en nuestra tierra”.
El mensaje de unidad que articuló la homilía del máximo representante de la Iglesia católica en Catalunya también lo quisieron trasladar a las autoridades las casi dos mil personas que se acercaron a la Sagrada Família, al aplaudirles a su llegada y salida sin hacer distinción de cargos, ideologías y procedencias.
La iniciativa del cardenal de aprovechar la misa dominical de la Sagrada Família para ofrecer una eucaristía por la paz y la concordia facilitó el encaje de las autoridades del Estado y autonómicas. La celebración misma del acto, que al ser convocado y organizado por el arzobispado, evitó las suspicacias entre los representantes políticos e institucionales que quedaron al mismo nivel de representación. Aunque no pasó desapercibida la ausencia de algunos destacados líderes, como Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, que sí participaron en el minuto de silencio de plaza Catalunya.
Los Reyes, siguiendo el protocolo eclesiástico, ocuparon un lugar en el altar a la derecha del Evangelio, junto al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. En la primera fila, al pie del altar mayor, se afilaron de izquierda a derecha, el presidente Rajoy, el president Puigdemont; el primer ministro de Portugal, Miguel Costa; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat; el delegado del Gobierno, Enric Millo; el teniente general Fernando Aznar Ladrón de Guevara; el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras; la alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
En filas posteriores, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas , el secretario general del PSC, Miquel Iceta; el presidente del PP catalán, Xavier García-Albiol, el portavoz de Ciutadans en el Parlament, Carlos Carrizosa; consellers, alcaldes de otras poblaciones catalanas, miembros del cuerpo consular,
MENSAJES VATICANOS Omella leyó los dos mensajes de solidaridad que el Papa le transmitió CLIMA DE UNIDAD Los Reyes y el resto de las autoridades fueron ovacionados por los asistentes AVISO ANTISISTEMA La CUP no participará en la manifestación del sábado en Barcelona si acude el Rey
representantes de los diversos cuerpos y fuerzas de seguridad y policías locales completaban el abanico oficial.
Junto al cardenal Omella y el obispo Taltavull, que oficiaron la ceremonia, estuvo el cardenal emérito de Barcelona, Lluís Martínez Sistach y varios sacerdotes que asistieron a los celebrantes y, en el momento de la eucaristía, se repartieron por el templo para ofrecer la comunión.
Todos lucían casullas verdes correspondientes a la liturgia ordinaria. Lo extraordinario de la celebración de ayer fue la intervención del coro de cámara Francesc Valls, dirigido por Pere Lluís Biosca y la participación del organista Josep Benet. El Rey, la vicepresidenta del Gobierno, la presidenta del Congreso y el presidente de la Generalitat fueron los más activos a la hora de entonar los cantos religiosos, todos ellos en catalán, desde el de entrada: “Vos sou, Senyor, la llum del meu cor...” hasta el Virolai, que cerró la ceremonia religiosa.
Al terminar la ceremonia, Sáenz de Santamaría y Junqueras analizaron brevemente el curso de las investigaciones.
Antes de regresar a Madrid, los Reyes hicieron pública una nota en la que expresaban su agradecimiento a Barcelona y a Cambrils por haber podido compartir “el dolor, la solidaridad, la fuerza y el ejemplo”. También los reyes Juan Carlos y Sofía expresaron sus sentimientos de “tristeza y dolor”.
La próxima convocatoria en la que volverá a reunir a los principales autoridades del Estado será la manifestación convocada por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para el próximo sábado, y a la que Rajoy ha anunciado su presencia. La CUP amenazó ayer con no participar si acaba asistiendo el Rey, a quien acusó de financiar “el terrorismo pérsico (sic)”.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Barcelona celebrará el jueves en el Saló de Cent un acto de homenaje a las víctimas, con la participación de representantes de las religiones budista, judía, católica y musulmana, entre otras.