Rafael Nadal TENISTA
Rafael Nadal puede compartir número uno con Garbiñe Muguruza cuando finalice el US Open el 10 de septiembre
El jugador de Manacor recuperó ayer el primer puesto de la ATP, que no ocupaba desde el mes de julio del 2014. Nadal (31) ha recuperado las mejores sensaciones después de un 2016 para el olvido por culpa de las lesiones.
Rafael Nadal recuperó ayer oficialmente el número uno de la ATP que había abandonado en julio del 2014 como premio a sus excelentes actuaciones en los ocho primeros meses del año. El reto del balear es mantener la posición en el US Open que comenzará la próxima semana en Nueva York, donde podría producirse una circunstancia histórica para el tenis español si Garbiñe Muruguza es capaz de conseguir el título –esto le garantizaría la primera posición en la WTA con independencia de lo que hagan Pliskova, Halep o Svitolina– o combina un buen resultado con malas actuaciones de sus rivales. Al margen de lo que suceda, la situación es factible en base a la realidad en la que se encuentran los dos jugadores:
EL PASADO
FRANCIS ROIG
Nadal ha resurgido después de un 2016 marcado por las lesiones y Muguruza barrió de la pista en Cincinnati a las dos jugadoras que tiene por delante en la clasificación: Pliskova y Halep.
“Ha vuelto a jugar bien, a ganar partidos y, sobre todo, torneos importantes. De alguna manera, se ha cumplido un objetivo. Recuperar el número uno demuestra lo bueno que es Rafa, pero también lo longeva que ha sido su carrera”, dijo Francis Roig, uno de sus entrenadores, en la web de la ATP.
También la satisfacción es enorme para Garbiñe Muguruza, que muestra ahora, sin fisuras, su enorme potencial, con un repertorio de golpes excelso que se une a una preparación física muy rigurosa y a un trabajo psicológico que ha convertido a una jugadora débil ante las adversidades en una luchadora formidable. La rumana Halep lo pudo comprobar en la final de anteayer. “No sé qué hacer”, le dijo a su entrenador cuando la hispanovenezolana se había distanciado en el primer set por 4-1. Luego, efectivamente, se quedó sin respuestas para responder al nivel que tuvo Muguruza. “Tengo una gran confianza en todo lo que hago y se nota en los resultados. He madurado”, ha explicado después de la victoria en Cincinnati. “La veo con una actitud muy positiva”, dijo en Londres Conchita Martínez, que reemplazó a Sam Sumyk en la preparación de Wimbledon, y la condujo hasta el título. “Está muy centrada y controla muy bien sus emociones”, agregó la exjugadora y ahora capitana de la Copa Davis y la Copa Federación.
El triunfo en Cincinnati le ha permitido a Muguruza ganar tres posiciones en la clasificación de la WTA, donde ahora es tercera. Además, defiende muy pocos puntos en el US Open porque el año pasado cayó en segunda ronda ante la letona Sevastova. Si es campeona, será número uno. En otros supuestos, su papel ha de ser mejor que el de sus rivales directas siempre que llegue a las rondas finales del último Grand Slam de la temporada.
De producirse este encaje histórico para el tenis español, no sería la primera vez que ocurre. Las combinaciones de tenistas de un país que han estado en el número uno de la ATP y la WTA al mismo tiempo son más numerosas de lo que se cree. Sobre todo en el pasado, cuando Estados Unidos era un referente masculino y femenino. Jimmy Connors y Chris Evert, que fueron pareja en los años 70 del siglo pasado, compartieron liderazgo en noviembre de 1975 y Jimbo también lo hizo con Navratilova en 1979, al igual que John McEnroe con Tracy Austin (1980) o Evert (1981). Dos alemanes, Boris Becker y Steffi Graf, lo lograron en 1991.
EL PRESENTE “Tengo mucha confianza en todo lo que hago; he madurado”, comenta la hispanovenezolana Connors compartió puesto con Evert y Navratilova; McEnroe con Austin y Evert, y Becker con Graf “Recuperar el número 1 demuestra lo bueno que es Rafa, pero también lo longeva que ha sido su carrera”