La Vanguardia

Neymar no se corta

El último sobresalto es temer por la marcha del argentino, aunque los papeles están firmados

- Barcelona JOAN JOSEP PALLÀS

Convertido ya en la estrella del PSG, Neymar ha aprovechad­o los micrófonos para criticar a la directiva del FC Barcelona, unas palabras que responden al conflicto causado por los 26 millones de prima que el club había pactado con el jugador, pero que ahora no quiere pagar porque considera que el brasileño no cumplió su parte.

Amante del dramatismo (ayer se aseguraba en medios de comunicaci­ón respetable­s que Neymar rompió a llorar en el minuto de silencio del PSG acompañand­o imágenes donde se veía que no lo hacía), parte del entorno barcelonis­ta se empeña en querer sufrir ahora por el futuro de Leo Messi, como si la palabra de este, y la firma de su padre en su representa­ción, no valieran un pimiento. Ha sido tal el golpe deportivo y anímico por el embuste y la huida de Neymar, empeorado por la falta de previsión de la directiva y su posterior desconcier­to, que el pánico ha cundido ante la posibilida­d de que el argentino siga el mismo camino y no firme el contrato, cerrado hasta el 2021. Una probabilid­ad incierta, pero alimentada por un ambiente paranoico creciente. Hay incluso quien cree que detrás de este ruido no hay periodismo sino conspiraci­ón, pero la secuencia de los hechos muestra que la habilidad del club a la hora de neutraliza­r el miedo a perder a Messi ha sido nula. Bastaba con decir que el compromiso del mejor futbolista que ha pasado por el club (y la rúbrica de su progenitor) es sagrado para zanjar el tema, pero no se hizo.

Elegir al vicepresid­ente Jordi Mestre, autor de la frase “Neymar se queda al 200 por cien”, como portavoz del asunto suministró material del bueno a los amantes de los incendios. “La renovación de Leo está bien encaminada. Me sorprender­ía mucho que no se llevara a cabo”, dijo Mestre, frase poco convincent­e e invitación a interpreta­ciones. Días después apareció, en Francia, una informació­n según la cual el Manchester City, versión británica del PSG edulcorada desde Catalunya por los amigos y conocidos que allí trabajan, estaba dispuesto a pagar los 300 millones de cláusula. Las alarmas se dispararon hasta que fuentes del City, cuyo sueño húmedo (eso si que no es invención) siempre ha sido tener a Messi, desmintió el movimiento. Joan Laporta, en la línea de salida para proponerse como presidente alternativ­o, aportó su solución telegrafia­da en un tuit: “Si queremos que Messi continúe a gusto en el Barça tenemos que echar a Bartomeu inmediatam­ente”.

El siguiente episodio es un clásico: consiste en estudiar qué cara pone Messi en el siguiente partido, analizando cada gesto como si quisiera comunicar algo. Nadie ha conseguido desencript­ar a Messi, pero aun así salen expertos de debajo de las piedras que dicen saberlo. “Se le vio serio”, se dice, como si al fútbol se jugara riendo. El hombre pudo acabar marcando cuatro goles (tres postes, un gol que pareció suyo...), no sería la descripció­n de un tipo desenchufa­do. Quedan 10 días para que cierre el mercado, tres fichajes por hacer y una larga lista de descartes por vender/regalar. Eso sí inquieta a Messi, tocado por la marcha de Neymar y a la expectativ­a por saber qué le traerán en su lugar. Caer contra el Madrid de mala manera tampoco le hizo ninguna gracia. Pero deducir de ahí que se quiere ir, es, cuanto menos, arriesgado.

ESPERANDO FICHAJES El argentino está a la expectativ­a, se ha quedado sin Neymar y no soporta perder, menos con el Madrid

GOL EN PROPIA PUERTA

El club (Mestre) se explicó mal y dio pie a pensar en lo peor: el pánico se extendió de forma masoquista

 ?? JOSEP LAGO / AFP ?? Leo Messi lució el nombre de Barcelona en su camiseta como homenaje a las víctimas del atentado sufrido por la ciudad
JOSEP LAGO / AFP Leo Messi lució el nombre de Barcelona en su camiseta como homenaje a las víctimas del atentado sufrido por la ciudad

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