Un desequilibrado atropella y mata a una mujer en Marsella
En la mañana de ayer, en sendas paradas de autobús de Marsella, una furgoneta Renault atropelló deliberadamente a dos mujeres, una de las cuales, de 42 años, murió. El conductor, de 35 años, detenido varias veces por robo y tráfico de drogas, se entregó a la policía, en la cercanía del Vieux Port. Allí, donde los turistas se acumulan en las colas de los barcos turísticos, podría haber cometido una masacre. Rápidamente se comprobó que era seguido por el servicio de psiquiatría de un hospital. Y fue desestimado el móvil terrorista.
Pero, con los ecos de la matanza de La Rambla de Barcelona, este caso, como el del vigilante privado depresivo que la semana pasada entró con su coche en una pizzería de los alrededores de París y mató a una adolescente, ha reavivado la sensación de inseguridad. Sobre todo porque desde el 21 de diciembre del 2014, cuando Nesser-Edin B., de 42 años, atropelló a trece personas, en el centro de Dijon, hasta la carnicería del 14 de julio del 2016 en el paseo de los Ingleses, de Niza, los franceses tienen la sensación de que la calle se ha convertido en un frente de guerra.
Y que el conductor sea un terrorista o un depresivo no mitiga el temor. El psiquiatra Pierre Lamothe, jefe del servicio especializado en las prisiones de Lyon y experto ante la justicia, negaba ayer que “una enfermedad mental pueda provocar crímenes. No integrar las consecuencias de un acto revela en todos los casos una personalidad enfermiza. Pero no siempre tiene un diagnóstico patológico”.
Indiferente al móvil de cada crimen, la senadora Nathalie Goulet, responsable de la misión informativa sobre “el lugar y la financiación del islam de Francia y de sus lugares de culto”, se apoyaba en el caso de Barcelona para puntualizar que “a pesar de que nuestro informe puntualiza que uno de los temas candentes a tratar es el de la formación de los imanes, nada se ha hecho. Pero ¿qué pasará si, por desgracia y como parece haber sido el caso en Barcelona, un imán aparece implicado en un atentado en suelo francés ?”.
Y revelaba que según un trabajo del Ministerio de Justicia y el centro nacional de investigaciones científicas, publicado en agosto, “la validación moral del imán desempeña un papel fundamental en la radicalización de los jóvenes”.
El conductor, que seguía tratamiento psiquiátrico, lanzó una furgoneta contra dos paradas de autobús