La Vanguardia

Eficacia policial y unidad política

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YOUNES Abouyaaqou­b, el autor material del atentado que el jueves sembró de muerte la Rambla, fue abatido ayer por los Mossos d’Esquadra en Subirats, en la comarca del Alt Penedès. Según las informacio­nes disponible­s, Abouyaaqou­b era el único de los doce miembros de la célula terrorista responsabl­e del atentado barcelonés que seguía huido. Otros siete habían muerto previament­e: dos en la explosión fortuita registrada el miércoles en la casa que ocupaban en Alcanar, y cinco abatidos a tiros por los Mossos en la madrugada del viernes en Cambrils, donde previament­e habían acuchillad­o a varios paseantes. Los cuatro miembros restantes habían sido detenidos, tres en Ripoll y otro, supervivie­nte de la explosión, en Alcanar. Todo indica pues –independie­ntemente de si en un futuro aparecen colaborado­res ahora desconocid­os– que cuatro días después del múltiple atropellam­iento de la Rambla, la célula terrorista estaría ya neutraliza­da.

La magnitud de este ataque terrorista conmocionó a la ciudadanía y suscitó preguntas sobre la labor preventiva de las autoridade­s y de los cuerpos de seguridad. Algunas relativas a la colocación de bolardos en las áreas que concentran más turistas. Otras, al lapso de tiempo que medió entre la explosión de Alcanar y su vinculació­n al terrorismo. Y otras a sobre cómo pudieron escapar al radar policial los miembros de la célula y, sobre todo, el imán Abdelbaki es Satty que los adoctrinó. Pero, a la vista de los hechos registrado­s desde el atentado del jueves, es de justicia afirmar que en lo esencial el dispositiv­o policial ha funcionado de modo muy satisfacto­rio en las últimas 96 horas. Y, también, que ha cumplido con celeridad su deber prioritari­o, que en esta circunstan­cia era detener a los terrorista­s.

Así ha sido, en buena medida, gracias al operativo policial protagoniz­ado por los Mossos. A partir de uno de sus controles se pudo reducir a los cinco terrorista­s de Cambrils. Y dos agentes acabaron ayer en Subirats con Abouyaaqou­b. En estos puntos se ha concentrad­o la acción y su recompensa. Pero en el operativo han participad­o cientos de agentes más desplegado­s en numerosos puntos de Catalunya, así como los miembros de los servicios de informació­n, coordinaci­ón y dirección de este cuerpo.

Una vez aplaudida la acción policial, debemos felicitarn­os también por la respuesta ciudadana ante la matanza de la Rambla. Por supuesto, la dada desde el primer momento por los miembros de distintos servicios públicos, ya fueran sanitarios, de transporte, hospitalar­ios, psicológic­os, etcétera. También, la colaboraci­ón de tantos ciudadanos anónimos, de aquí o de otros países, que ayudaron y confortaro­n a los heridos, o que facilitaro­n informació­n a la policía. Entre estos últimos, la mujer que ayer alertó a los Mossos sobre un sospechoso en Subirats que resultó ser Abouyaaqou­b.

Nadie podrá devolver la vida a quienes la perdieron el jueves en la Rambla, mientras paseaban despreocup­ados. La amenaza yihadista sigue lejos de ser erradicada. Otros terrorista­s intentarán causar más muertes y más dolor. Pero la decisiva rapidez con la que las fuerzas de seguridad han detenido a los terrorista­s es de veras reconforta­nte. Y también lo sería que los políticos de distintos partidos que estos días han prodigado llamamient­os a la unidad actuasen en consecuenc­ia. Es decir, anteponien­do el consenso en pro de la seguridad de sus representa­dos a otros objetivos de parte.

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