La remodelación del mercado de Vic se encalla
Discrepancias entre el Ayuntamiento y los comerciantes por la inversión económica necesaria para construir una nueva instalación
Las discusiones y controversias entre tenderos y Ayuntamiento han situado el proyecto de remodelación del mercado municipal en vía muerta. Inaugurado en 1980, hace 15 años que las dos partes habían consensuado su renovación o el traslado a otro lugar de la ciudad a causa del deterioro de unas instalaciones obsoletas.
Para relevar el equipamiento, en el 2009 el Ayuntamiento redactó un anteproyecto de un nuevo edificio en la zona del Sucre, con un presupuesto de 10 millones de euros, que no prosperó. Seis años después, en el 2015, en un pleno municipal se aprobó el proyecto de remodelación del mercado, consistente en trasladar los comercios del primer piso a los bajos del actual edificio, lo que suponía un 40% de reducción de la superficie de cada tienda.
Pero desde entonces, la sociedad que explota la instalación comercial, constituida por los tenderos a través de la empresa Mermuvic, y el Ayuntamiento, propietario del edificio, no han llegado a un acuerdo económico. La inversión de la remodelación sube a los 2,3 millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento aportaría 1.260.000 (el 55% del total), pero los tenderos no se avienen a invertir el millón restante (45%) porque la concesión que tienen expira dentro de 13 años, en el 2030, y dicen que no pueden pagar este precio.
Según Antoni Serrat, concejal de Economía i Serveis, “hace falta el liderazgo del propio mercado. El Ayuntamiento se hará cargo de la dirección de las obras, pero tienen que ser los comerciantes los que fijen acuerdos en los temas comerciales. La concesión es administrativa. La resolución del caso ya no está en manos políticas”.
Para Pilar Molist, presidenta del grupo de 24 tenderos, a pesar de reconocer que el Ayuntamiento los ha ayudado a solucionar la financiación, “es él quien debería liderar el proyecto y mejorar su inversión. Nosotros no somos competitivos, el proyecto nos sobrepasa y nos da miedo tener que devolver tanto dinero por el poco tiempo de concesión”.
Con el precio por metro lineal propuesto, cada tendero tendría que asumir un coste de entre 60.000 y 70.000 euros de media, una suma que se duplicaría en el caso de las paradas de producto fresco. Ahora, los comerciantes están considerando la posibilidad de renunciar a la concesión y empezar una de nueva por un periodo de 20 o 25 años. Pero como en esta opción alternativa las solicitudes deberían decidirse por concurso, temen que buena parte de los tenderos no podrían optar a un puesto. Coincidiendo con la campaña
Salvem el Mercat!, estas últimas semanas los tenderos han conseguido 2.000 firmas de los usuarios, un gesto que Pilar Molist agradece: “Estamos contentos por el apoyo de tanta gente. Eso demuestra que está satisfecha con el servicio que les hemos venido prestando durante 37 años”, señala.
Los comerciantes deberían desembolsar entre 60.000 y 70.000 euros de media para pagar la reforma