Una huelga causa el cierre total o parcial de museos barceloneses
La Miró, Tàpies y la Virreina cerraron ayer sus salas de exposición
El Macba cumplió su promesa y ayer decidió abrir sus puertas sin cobrar entrada por primera vez, tras siete días de la huelga indefinida convocada por la quincena de trabajadores subcontratados de la empresa Ciutat’art, entre ellos quienes se ocupan de las taquillas. El museo pudo permitirse esta medida, porque el personal de seguridad y del servicio de atención al visitante en sala son empleados de otra empresa que no están en paro y los integrantes del piquete informativo dieron garantías de que las obras expuestas no sufrirían perjuicio alguno.
Los paros de dos días convocados –dos días, ayer y hoy– por los trabajadores de la empresa de servicios culturales provocaron el cierre total de la Fundació Tàpies y La Virreina Centre de la Imatge, mientras que la Fundació Miró cerró las salas de exposición, pero sus servicios –restaurante, tiendas y biblioteca– siguieron funcionando. El Monestir de Pedralbes cerró sus salas y taquillas, pero se pudo acceder al claustro.
Dos museos abrieron solamente algunos espacios: el Disseny Hub, que garantizó el acceso a las exposiciones temporales David Bowie is y El millor disseny de l’any, pero no a la exposición KREA del BCD. También cerraron por completo todas las salas del Museu del Disseny. En el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, permanecieron inoperativos el servicio de consulta y el de reproducción de documentos, pero abrió el espacio expositivo del vestíbulo y los servicios de información, consulta de inventarios y catálogos, acceso a catálogos en línea, consulta de obras de referencia y los usuarios que hubieran reservado un documento anteriormente tenían garantizado el acceso.
CCCB y el Museu de la Música no vieron afectadas sus actividades a pesar de que tenían trabajadores convocados al paro.
Una de las medidas que pide el sindicato promotor de los paros, el SUT, es que se ponga fin a las subcontrataciones y que los museos asuman como personal propio a los empleados de Ciut’art, algo a lo que el Macba no está dispuesto a hacer, porque significaría, a la larga, engordar la plantilla a límites financieramente insostenibles y pondría en riesgo a las empresas culturales surgidas en los últimos años.
El Icub mantiene desde hace un año una mesa negociadora con sindicatos, centros culturales y empresas de servicios para fijar una nueva regulación del sector que ponga fin a los abusos salariales y condiciones laborales. El gerente del Macba, Josep Maria Carreté, sostiene que en las cláusulas de la nueva licitación, que finaliza el 4 de septiembre, han introducido sustanciales mejoras para los trabajadores, pero estos sin embargo las ven insuficientes. El museo no retirará el concurso, con lo cual es posible que a partir de octubre se haga de los servicios otra empresa distinta a la de Ciut’art.
En el conflicto, además de que no existe una regulación específica para este tipo de trabajadores del sector cultural, se da la incidencia de la crisis económica. La regulación más cercana es la del convenio del ocio. Muchos estudiantes se apuntaban a este tipo de empresas para ganar un poco de dinero o completar el sueldo hasta que encontraban un trabajo adecuado a su formación. Con la crisis y la falta de puestos de trabajo en el sector, lo que era un empleo temporal se fue convirtiendo en su único medio de vida, generando una frustración de compleja solución. En el caso de los vigilantes de sala y de recepción, son personas que tienen una formación muy superior al trabajo que realizan y reciben un salario muy menor a las expectativas que tenían cuando acabaron sus carreras.
El Macba recibió ayer medio millar de visitantes, cuando en un día normal de agosto la media suele estar entre los 1.100 y los 1.200 visitantes diarios, según Carreté. El perjuicio es notable en un museo falto de recursos. Ahora sus responsables están trabajando en elaborar un plan estratégico, cuyo planteamiento en líneas generales, es potenciarlo como museo, no como centro de arte, con la exhibición más estable de una colección permanente que dé una seña de identidad al Macba. Son 6.000 objetos artísticos, mostrados hasta hora de forma fragmentaria y ocasional. El plan se presentará en octubre.
El Macba recibió medio millar de visitantes, la mitad de los que asisten en un día de agosto