“Andorra siempre se ha nutrido de las influencias externas y de la importación de talento”
Montserrat Planelles, directora general del Departamento de Cultura del Gobierno de Andorra, repasa los principales activos de la oferta cultural del Principado: desde las iglesias románicas y las casas museo, donde se puede conocer de primera mano cómo vivían los andorranos siglos atrás, hasta la participación de Andorra en la Bienal de Venecia y la reciente apertura del Museo Carmen Thyssen.
En un país inmerso en una profunda transformación, ¿cuáles son los principales retos de la política cultural?
El reto es integrar la transformación en la gestión de la cultura, seguir preservando nuestra identidad y nuestra memoria, y ofrecer productos culturales diferentes y de interés para el conjunto de una sociedad diversa y cambiante. Trabajamos gestionando la oferta cultural para una población residente de ochenta mil habitantes y también para una población fluctuante de ocho millones de visitantes anuales, que exigen, cada vez más, propuestas atractivas, de calidad e innovadoras.
Podríamos decir, por lo tanto, que la preservación de la identidad es la piedra angular de la política cultural?
Tradicionalmente, el Gobierno ha velado, y vela, por la preservación y la recuperación de la historia, el patrimonio y la lengua, como principales objetivos de la política cultural. Hace ya muchas décadas que la sociedad andorrana está formada por ciudadanos de múltiples orígenes con culturas diferentes que han ejercido una influencia potentísima. Cuando hablamos de sociedad multicultural en Andorra lo hacemos en mayúsculas, la multiculturalidad forma parte de nuestra idiosincrasia. Eso no impide que nos esforcemos por preservar nuestra identidad y nuestra memoria, con nuestras particularidades de país de montaña y de pequeño Estado, de forma convencida y sin complejos. No es una defensa estancada, al contrario, es la defensa de un legado que debe perdurar para las nuevas generaciones y para los nuevos andorranos.
Priorizar la cultura local por encima de la global?
¡No! La globalidad es fantástica. Andorra siempre se ha nutrido de las influencias externas y de la importación de talento, en todos los aspectos, el económico, el social y el cultural. El país y su cultura han sido construidos por varias generaciones de andorranos, los de toda la vida, los nuevos andorranos y, atención, todos los millones de visitantes que vienen cada año. Hay que adaptarse a los tiempos, a todo y a todo el mundo.
Háblenos de esos rasgos de identidad propios.
Rasgos identitarios propios pero no únicos, o al menos no absolutamente. Tenemos las características propias de la cultura de montaña, con la carga histórica y cultural de un país muy antiguo. Compartimos con nuestro entorno geográfico inmediato características comunes en las tradiciones, la gastronomía y la lengua. La tarea de preservación la realizamos a menudo compartida, como no podría ser de otro modo. Como ejemplo, en el ámbito de las tradiciones, Andorra ha liderado la candidatura del reconocimiento de las fallas como patrimonio inmaterial de la humanidad de la UNESCO, una tradición de todos los Pirineos que tiene sus especificidades en cada lugar de las poblaciones catalanas, aragonesas, francesas y andorranas. En el ámbito de la lengua, Andorra preside la Fundació Ramon Llull, integrada por las instituciones culturales de todos los territorios de habla catalana. También participamos de forma activa en trabajos de investigación sociolingüística de la lengua catalana, y, desde hace muchos años, tenemos convenios de colaboración con el Institut d'Estudis Catalans y el Centre de Terminologia de Catalunya.
El Gobierno ha realizado una apuesta presupuestaria por la cultura, ¿es suficiente?
Como gestora de cultura, estoy obligada a responder que los recursos nunca son suficientes, y verdaderamente lo pienso, pero debemos dimensionar nuestra partida presupuestaria al general del país. Somos quien somos, con nuestras dimensiones. Además, en cultura no podemos hablar de un solo presupuesto. En nuestro país se gestionan ocho partidas de dinero público. El secreto no es otro que trabajar de forma transversal, el reto es optimizar todos los recursos como uno global.
¿Qué ofrece Andorra culturalmente?
La oferta es muy amplia. Desde el Ministerio programamos temporadas de música y de teatro, muestras de arte, disfrutamos de una orquesta nacional de alto nivel con una programación estable... Además, también contamos con la programación de las corporaciones locales, los Comunes, muy activos ofreciendo espectáculos y actividades culturales de ocio enfocadas a un público amplio, que, además, velan por el folclore y las tradiciones. Hay que poner en valor las importantísimas aportaciones de privados, de las fundaciones y de las asociaciones culturales. Todo un compendio de programadores que suman una oferta bastante completa.
Durante un fin de semana de verano, por ejemplo, puedes asistir a un concierto de un artista pop internacional cabeza de cartel de una fiesta mayor, puedes disfrutar de un concierto de una formación barroca en un paraje excepcional, ver un espectáculo del Cirque du Soleil, visitar exposiciones de arte
"El románico es uno de nuestros grandes valores culturales, pero se está realizando una importante tarea para reivindicar nuestro barroco"