¿HEREJÍA O ERROR INOCENTE?
Aunque subordinadas a unas directrices muy claras, algunas pinturas románicas de Andorra nos sorprenden por ligeras desviaciones de la norma. Se ha discutido mucho sobre su posible causa. ¿Trasfondo de alguna leve herejía? ¿Error inocente? ¿Reflejo de la ignorancia respecto a un punto específico del dogma? ¿Originalidad creativa?
• Sant Serni de Nagol
A diferencia del barroco, donde los ángeles suelen ser niños, los ángeles del románico son adultos, pero asexuados. En Sant Serni de Nagol, sin embargo, nos espera un ángel con barba, es decir, con un claro atributo de sexo masculino.
• Sant Miquel d'Engolasters
“Yo soy el alfa y el omega, el primero y el último, el principio y el fin”, leemos en el Apocalipsis, y, como tal, las palabras 'alfa' y 'omega' eran de obligada inclusión en la representación de Cristo, pero, en Sant Miquel d'Engolasters, las letras griegas de estas palabras se representan de forma desordenada, reflejo, seguramente, del analfabetismo del pintor.
Entendemos por 'tetramorfos' la representación de los cuatro evangelistas, con sus respectivos símbolos: hombre o ángel (San Mateo), buey (San Lucas), león (San Marcos) y águila (San Juan). En el ábside de esta iglesia, la figura de Mateo ha sido sustituida por la representación del titular de la iglesia, San Miguel, simbolizado mediante su lucha contra el demonio en forma de serpiente.
DOS CRISTOS SINGULARES
La iglesia Católica puede ser una, pero su historia no ha sido siempre igual. Las modas del mundo del arte han influido en el destino de sus propias obras. Dos Cristos andorranos, en particular, sirven de ejemplo.
1. El Cristo de Sant Martí de la Cortinada
Creado a finales del siglo xii, o principios del xiii, fue modificado en épocas posteriores para adaptarlo a los nuevos cánones estéticos. Así, la visión del Cristo en Majestad, triunfante y firme, se transformó en un Cristo sufriente: las piernas, que caían rectas, fueron serradas y cruzadas una encima de la otra; la cabeza también fue mutilada y dispuesta en forma inclinada, y los brazos, que descansaban en posición horizontal, se alzaron en posición crucificada. Para añadir mayor dramatismo, se le aplicó una capa de pintura donde se aprecian las señales de las heridas y los surcos de sangre.
2. El Cristo de Sant Joan de Caselles
En 1963, durante una excavación en el interior de Sant Joan de Caselles, se recuperó gran parte de una escultura de estuco, muy mutilada, que representaba a otro Cristo en Majestad. Su aspecto medieval, durante el barroco, debió molestar al párroco, pero, como era una imagen sagrada, en lugar de destruirla, la enterró en suelo santo. Hoy la podemos ver en su lugar original.