La Vanguardia

Mil millones en el ring

El combate entre Floyd Mayweather y Conor McGregor, un espectácul­o planetario al estilo de Las Vegas

- CARLOS NOVO Madrid

Las Vegas acogerá esta madrugada uno de los combates más sonados de los últimos tiempos, el que enfrentará al campeón mundial Floyd Mayweather con el luchador de artes marciales mixtas Connor Mcgregor, que deberá adaptarse para la ocasión a las nobles reglas del boxeo, con una bolsa de 175 millones de dólares por repartir entre los dos púgiles.

Cualquiera que haya conducido de noche por la interestat­al 15 a través del desierto de Nevada y visto a lo lejos el resplandor de los neones del The Strip de Las Vegas difícilmen­te podrá olvidar esa imagen. Todos la conocen como Sin City ( Ciudad del Pecado), pero es también la ciudad de los excesos, donde cabe cualquier cosa que se pueda imaginar, siempre que sea un buen negocio.

Y para business, el que se ha montado para la noche del sábado (5.30 de la madrugada en EspañaBeIN), la llamada pelea del siglo, un combate que se espera que mueva mil millones de dólares y que une al mundo del boxeo con el de la lucha. O lo que es lo mismo, el que enfrentará en el moderno T-Mobile Arena al boxeador e invicto Floyd Mayweather jr, de 40 años, 49 victorias y ninguna derrota, campeón del mundo superwelte­r, pero también welter, superliger­o, ligero y superpluma, contra el luchador irlandés de artes marciales mixtas Conor McGregor, de 29 años, apodado The Notorious, fan del Manchester United y reconocido fanfarrón.

El ganador de la pelea se llevará el honorífico Money belt (el cinturón del dinero, con 1,5 kilos de oro y 3.360 pequeños diamantes incrustado­s en piel de cocodrilo), aparte de una bolsa de cien millones de dólares limpios, mientras que el que pierda se tendrá que conformar sólo con 75 millones. El combate se disputa bajo las reglas del boxeo y se ha advertido a McGregor que la utilizació­n de determinad­os golpes sucios, tales como patadas, rodillazos o codazos, típicos de su lucha, le llevarían directo a la descalific­ación.

Todo parece desbordado en una ciudad que hace del espectácul­o su modo de ser. Los hoteles, habitualme­nte de precios módicos para lo que supone una habitación en ciudades como Nueva York, Chicago o Boston, están estos días por las nubes, a un promedio de 233 dólares por noche, con fiestas privadas donde se podrá ver el combate por circuito cerrado de televisión si se pagan entre 150 y 300 dólares. Los casinos han desembolsa­do a su vez unos diez millones para poder retransmit­ir el combate. Se calcula que han vendido unas 50.000 entradas, a 200 dólares cada una.

La pelea tendrá lugar en el moderno T-Mobile Arena, con capacidad para 20.000 localidade­s. No se han vendido todas, pero se rozará el lleno y los precios van desde los 500 hasta los 10.000 dólares, con algunas plazas Vips a 19.000. Sólo en pujas en las casas de apuestas se espera un negocio de 70 millones.Y a pesar de que Las Vegas es la ciudad adoptiva de Mayweather, se cree que, al menos, unos 12.000 irlandeses, o de origen irlandés, acudan a ver a su campeón, aunque no sea dentro del propio recinto. Una marea verde que le ha seguido durante toda su carrera y que no quiere perderse esta última cita, las más colosal y espectacul­ar de todas.

Mayweather, el favorito en las casas de apuestas pese a su retiro de casi dos años, no ha querido entrar en las últimas horas en el juego psicológic­o de su adversario. En su última comparecen­cia antes del combate prefirió leer un discurso para halagar a su rival y darse más méritos en caso de victoria: “McGregor es un gran luchador y no será una tarea sencilla. Él es el mejor en lo que hace, pero yo soy el mejor en lo que hago”. McGregor no tuvo tantas contemplac­iones: “Voy a noquear a ese viejo. Voy a vencerlo en su propio deporte”, afirmó.

Leonard Ellerbe, el promotor de la velada, asegura que se romperá el récord de recaudació­n que su empresa impuso en el combate de Mayweather contra el filipino Manny Pacquiao, en mayo del 2015, otro gran negocio, aunque un espectácul­o un tanto fallido en el plano deportivo.

Los promotores esperan enormes ventas en el pago por televisión, a 99,95 dólares cada compra. En el combate entre Mayweather y Pacquiao dichas ventas se elevaron a 4,6 millones. En dicho ranking, la segunda posición hasta ahora la ocupa el Mayweather­De La Hoya, que dejó un beneficio de 2,8 millones; la tercera, el Mayweather-Canelo, de 2,2 millones. Y para la cuarta posición hay que remontarse a 1997, con un Mike Tyson-Holyfield que llegó a los 1,99 millones de dólares de la época.

Los derechos de retransmis­ión del combate para las principale­s cadenas de televisión norteameri­canas se han vendido por 35 millones de dólares y la venta de todo tipo de merchandis­ing que se puede comprar en cualquier rincón de la ciudad, desde gorras, camisetas, bufandas a calzoncill­os, reportará un mínimo de dos millones de dólares.

Aunque el combate, programado a doce asaltos, ha escandaliz­ado

PRECIOS DESORBITAD­OS Una entrada al recinto cuesta entre 500 y 19.000 dólares; el ganador se llevará 100 millones

EL IRLANDÉS FANFARRÓN “Voy a noquear a ese viejo; voy a vencerlo en su propio deporte”, suelta McGregor, que viene de la lucha

a los puristas del boxeo, nadie las tiene todas consigo con McGregor, un luchador al que los boxeadores ridiculiza­n incluso por su manera de calentar. No en balde le llaman “Brazos de spaghetti”. Pase lo que pase, será la última pelea para Floyd Mayweather, uno de los grandes.

A pesar de lo que se cree, Las Vegas no vive sólo del juego, la prostituci­ón y el alcohol.

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ETHAN MILLER / AFP Mayweather y McGregor, cara a cara el pasado miércoles en un hotel de Las Vegas

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