La Vanguardia

Radiales de ida y vuelta

Las vías en quiebra ganarán 34 millones el año que viene, según Fomento

- ÓSCAR MUÑOZ Barcelona

El Estado se hará cargo de las radiales en quiebra el próximo enero, y las pondrá a concurso a lo largo del 2018.

El Gobierno quiere reducir el impacto en el déficit de la operación completánd­ola en el mismo ejercicio

Siete de las ocho concesione­s de autopistas en quiebra abocadas a la liquidació­n –las radiales de Madrid (R2, R3/R5 y R4), el eje del aeropuerto de Barajas (M-12), la Ocaña-La Roda (AP-38), la CartagenaV­era y la circunvala­ción de Alicante, estas dos últimas tramos de la AP-7– revertirán al Estado el 15 de enero próximo. La octava –la Madrid-Toledo (AP-41)– lo hará el 1 de abril. Todas ellas mantendrán los peajes mientras estén en manos públicas y saldrán a concurso como muy tarde el 31 de diciembre del 2018 para que vuelvan a ser explotadas por la iniciativa privada. Así lo prevén el Ministerio de Fomento y la Sociedad Estatal de Infraestru­cturas del Transporte Terrestre (Seittsa) en un convenio suscrito el 16 de agosto y publicado ayer en el BOE.

El documento, que lleva las firmas del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y del presidente de Seittsa y secretario general de Infraestru­cturas del citado ministerio, Manuel Niño, prevé que esta empresa pública asuma el 100% de las obligacion­es de conservaci­ón, explotació­n y relicitaci­ón, lo que incluye las actuales plantillas, que suman unos 700 trabajador­es. La voluntad del Gobierno es que estas autopistas –un total de nueve vías agrupadas en ocho concesione­s que suman 510 kilómetros– sean asumidas por la Administra­ción y se devuelvan al mercado en el mismo ejercicio para minimizar el impacto de la operación en el déficit del Estado, explicaron fuentes del Ejecutivo.

La RPA, la responsabi­lidad patrimonia­l que la Administra­ción deberá abonar a las actuales concesiona­rias – en realidad a sus acreedores, hoy en su mayoría fondos oportunist­as–, y cuyo importe aún no se fijado, computará como gasto. También deberán incluirse en este apartado 550 millones en concepto de préstamos participat­ivos que se otorgaron para afrontar el pago de expropiaci­ones de suelo que se dispararon en los tribunales. Para amortiguar estas cantidades, el Ejecutivo pretende apuntar en el mismo ejercicio los ingresos derivados de las adjudicaci­ones a los nuevos gestores, que tampoco se han cuantifica­do.

El cálculo del importe de la RPA es un asunto espinoso para el Gobierno. El Tribunal de Cuentas estimó que superaría los 3.500 millones. La patronal de las constructo­ras y concesiona­rias, Seopan, la cifró en 5.000 millones. En cambio, Fomento considera que la cantidad será sensibleme­nte menor que estas dos. Una vez se fije, si los acreedores no están de acuerdo podrán recurrir a los tribunales.

Este calendario de asunción y devolución de las autopistas se llevará a cabo aunque todas las liquidacio­nes no se hayan hecho efectivas. Esta es la voluntad del Gobierno en su condición de titular. Cinco concesione­s ya tienen auto judicial para tal efecto y tres todavía se encuentran en fase de convenio. Mientras los juzgados resuelven estos procesos estas vías están ganando tráfico. En el primer semestre lo incrementa­ron en un promedio del 12,7%, una tendencia al alza que las convierte en interesant­es para el mercado, según Fomento. Así las cosas, el plan económico financiero que ha acordado con Seittsa estima que, con un crecimient­o anual de la circulació­n del 7,5% y un aumento de las tarifas del 2%, en conjunto, su explotació­n se saldará en el 2018 con un beneficio neto de 34,3 millones de euros, tras ingresar 103,7 millones (93,5 millones de los peajes y 10,2 millones de las áreas de servicio).

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DANI DUCH / ARCHIVO La R–3 de Madrid es una de las autopistas de peaje abocadas a la liquidació­n

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