Solidaridad popular
Iniciativas espontáneas por toda España se suman a la concentración de Barcelona
Barcelona concentrará hoy a las principales autoridades de toda España y esa es la razón principal por la que en otras ciudades españolas no hay convocatorias institucionales que secunden y amplifiquen la de esta tarde en Barcelona. Ese vacío ha chocado en algunos sectores de la ciudadanía, que desde hace días vienen quejándose en las redes sociales –tanto desde fuera como desde dentro de Catalunya– por la paradójica escasez de actos populares en los que expresar la repulsa al terrorismo y la solidaridad con Barcelona y Cambrils. No pocos han recordado estos días las concentraciones masivas que se realizaron por toda España a resultas de los atentados del 11-M –salvando las distancias debidas a la envergadura de los ataques pero también a coyunturas políticas muy diferentes–. De aquellas manifestaciones solemnes de solidaridad vividas en marzo del 2004, la barcelonesa fue de largo la más concurrida, con más de un millón de asistentes, sólo superada por la de Madrid, que tal vez fue la de mayores dimensiones del último medio siglo.
Pero en ausencia de patricios, han convocado los plebeyos. En respuesta a la inquietud de la ciudadanía que quedó registrada en el ágora digital, el colectivo Recortes Cero quiso vehicular esa reclamación a través de la red social Twitter y convocó a la población a reunirse a las seis de la tarde de hoy en la madrileña Puerta del Sol, a pesar de que tanto la alcaldesa, Manuel Carmena, como la presidenta regional, Cristina Cifuentes, estarán en Barcelona. A esta convocatoria desde abajo se han ido sumando partidos políticos, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, a la vez que la mecha prendía a lo largo del día de ayer y ciudades como València, Vigo, Castellón, Pamplona o Alicante iban sumándose a la iniciativa y convocando sus propias concentraciones para cuantos ciudadanos no puedan desplazarse a Catalunya pero quieran expresar su solidaridad tras los ataques terroristas del 17 de agosto.
Estas convocatorias han acabado por venir a mitigar un malestar que se venía gestando durante la semana en redes sociales, dentro y fuera de Catalunya, ante la ausencia de actos masivos de repulsa y luto en las principales ciudades españolas.
En Madrid, los gestos de solidaridad institucional se sucedieron durante los tres días de luto tras los atentados, incluida la simbólica iluminación de la fuente de Cibeles con los colores de la senyera, las banderas a media asta y los minutos de silencio sucesivos. Pero desde el lunes apenas ha habido ningún gesto visible, lo que, sumado a las controversias de vuelo bajo en torno a la lealtad y competencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad, ensombrecía el ambiente de solidaridad institucional, no tanto el ciudadano, que no decayó.
La sede de la librería Blanquerna, embajada cultural de la Generalitat en Madrid, fue improvisado túmulo y recipiente del dolor y el afecto de los madrileños. No obstante, la escasez de eventos de participación masiva promovidos por las autoridades fuera de Catalunya ha creado cierta extrañeza aunque pueda responder a la decisión de ceder a las instituciones catalanas todo el protagonismo en la articulación del luto por los 15 inocentes. Los ánimos políticos están muy tensos entre Madrid y Barcelona y cualquier gesto o ausencia de él es susceptible de ser visto estos días como un desaire.
Un tibio reproche llegó también a Berlín pues, a diferencia de Nueva York, París o Madrid, no iluminó con la senyera su más emblemático monumento, la puerta de Brandeburgo. Las autoridades berlinesas ya tuvieron que dar explicaciones en abril, tras el atentado del metro de San Petersburgo: Berlín expresa solidaridad por otros medios, y solo ilumina el célebre pórtico cuando se trata de ciudades oficialmente hermanadas. Y aplica la regla con germánico rigor.
El peso institucional volcado en Barcelona dejó sin convocatoria oficial otras ciudades La ciudadanía llama a reunirse en la Puerta del Sol de Madrid y otras plazas españolas