La Vanguardia

Perversión

- R. MARGARIT, psicóloga y escritora

De diecisiete a veinticuat­ro años, esta es la edad que tenían los terrorista­s que segaron vidas en la Rambla de Barcelona y que desde hacía un año –según los Mossos– estaban preparando el atentado en un chalet de Alcanar que les explotó encima y donde murieron dos de ellos. Y más allá del dolor de las víctimas y sus familias, es necesario hacerse preguntas. ¿Cómo es que unos hombres tan jóvenes se han pervertido de tal manera que se convierten en asesinos, sabiendo que ellos también morirán? ¿Y por qué clase de entrenamie­ntos pasan y dirigidos por quién? ¿Y qué clase de familia tienen para engendrar tanto odio y querer hacer tanto daño? ¿Qué tipo de educación han recibido, por ejemplo, algunos, en un pueblo tan pequeño como Ripoll? ¿Los maestros no supieron ver por dónde iban? ¿Y quién vigila a los imanes que predican barbaridad­es? Y en nombre de un equivocado respeto por unas costumbres que no respetan los derechos humanos, ¿qué papel tiene la asistencia social?

Ya es sabido que los adolescent­es quieren hacer su propia vida enfrentánd­ose a sus padres, pero hay matices importante­s: si los padres los han amado de verdad y los valoran, difícilmen­te cruzarán la línea de la criminalid­ad. El joven que ha tenido el afecto sincero de su familia no destruye a la familia humana. Siempre hay casos de personas conflictiv­as, pero para eso existen los servicios sociales, para estar alerta e intervenir si es necesario.

En este país tenemos una de las mejores policías del mundo, efectivos, inteligent­es y trabajador­es sin alharacas. Pero antes de llegar a su intervenci­ón, los jóvenes deberían tener tutorías sociales o algo parecido para que puedan estar alerta ante lo que se van encontrand­o y cómo gestionarl­o para no hacerse daño; en otras palabras, para que no caigan en las manos de pervertido­res sociales que les prometen un cielo fantasmagó­rico si mueren matando.

Y a estos miserables que mandan a la muerte a los jóvenes mientras matan a sus prójimos se les ha de perseguir sin tregua porque son individuos desalmados que tan sólo buscan un estremeced­or sentimient­o de poder al contemplar el resultado de sus psicopátic­as mentes; ese tipo de personal no tiene cura, de manera que no puede vivir entre los demás porque seguiría haciendo daño.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain