Dembélé para olvidar a Neymar
El Barça oficializa el fichaje del francés, que ocupará el hueco dejado por el brasileño
Neymar dejó en su huida un inmenso cráter que el FC Barcelona empezó a reparar ayer. Ousmane Dembélé, de 20 años y junto a Kylian Mbappé el futuro del fútbol francés y probablemente europeo, es ya nuevo jugador azulgrana. Su dorsal será el 11, precisamente el que llevaba su predecesor. “Visca Barça, Visca Catalunya”, tuiteó Dembélé para celebrar la noticia, un topicazo antes de aterrizar mañana domingo y ser presentado el lunes en el Camp Nou.
La operación le ha costado tiempo y dinero a la junta directiva azulgrana, que no ha podido o sabido eludir que la tendencia inflacionista del mercado le alcanzase de pleno. Pese a que el futbolista fue tentado en el verano del 2016 por el secretario técnico Robert Fernández, el Borussia Dortmund le ofreció una progresión que el tridente amenazaba con frenar, así que los alemanes pagaron 15 millones de euros al Renes y se lo llevaron. De esto hace un año. El comunicado oficial facilitado ayer por el Barça habla de 105 millones fijos, un aumento exponencial, sin especificar la cantidad de variables. Este diario ha podido saber que serán 40, algunos de fácil cumplimiento y otros no tanto. Entre los sencillos se incluye disputar una cantidad no muy elevada de partidos; entre los complicados, que Dembélé se lleve el premio The Best al mejor futbolista del mundo. Tiene cinco temporadas por delante para lograrlo, las que se comprometerá a cumplir a partir del lunes al firmar el contrato con su nuevo club.
Dembélé ha puesto mucho de su parte para ganarse el derecho a vestir la camiseta azulgrana. Obviamente jugar a un altísimo nivel en la liga alemana, pero también prometer a Robert Fernández en el pasado verano que dar el salto al Barça sería cuestión de tiempo. Cumplió con su palabra en cuanto el primer ejecutivo del Barça contactó con él alertado por la posibilidad de que Neymar se largara al PSG.
Las formas de Dembélé no han sido las mejores. El francés se declaró en rebeldía, dejó de entrenar y se refugió en Mónaco a la espera de noticias. Ya actuó de la misma forma cuando cambió al Rennes por el Dortmund. La indisciplina ha favorecido esta vez al Barça, que difícilmente podía dejar tirado a un futbolista que llegó tan lejos, pero hará bien la gerencia culé en no olvidar ambos episodios para evitar pasar de beneficiado a damnificado en un futuro. Neymar también dijo que aprendería catalán en sus primeros días y hoy está chapurreando el francés en París. El compromiso de los jugadores, salvo excepciones, pertenece a otra época.
Aunque la juventud de Dembélé, y por tanto su inexperiencia, se utiliza como pretexto para criticar el que ahora mismo es ya el fichaje más caro de la historia de club, en realidad es ese el mayor valor de este refuerzo de campanillas. La plantilla azulgrana necesita rebajar su media de edad y con Dembélé la regeneración cobra sentido pues ya se ha convertido en su elemento con menos edad. No hay especialista en fútbol internacional, gremio adulador por defecto por otra parte, que no alabe el juego de Dembélé y le pronostique un futuro brillante. Otra cosa es pretender que 105 millones no escandalicen. Por lo que pueda pasar y después de la experiencia vivida con Neymar, el FC Barcelona ha decidido fijar una cláusula de rescisión de 400 millones de euros, prohibitiva incluso para los jeques. Es de suponer.
El fichaje se concretó en Mónaco, trabajado principalmente por Raül Sanllehí, director de fútbol, y al que el presidente Josep Maria Bartomeu dio un último empujón. Contar con un dineral de 222 millones de euros, a la vista de todos tras ser obtenidos por la transacción de Neymar, se ha confirmado como la peor de las estrategias a la hora de negociar. El Borussia ya se ha puesto las botas y el Liverpool, con mirada lasciva, espera en breve la visita del Barça, que no renuncia a invertir otra millonada por Coutinho ni mucho menos.
Entre las incógnitas por resolver a partir de ahora ocupa lugar preferente la adaptación de Dembélé a la jefatura de Messi. No han sido pocos los jugadores que aparentaban descaro y fueron vencidos por la jerarquía del argentino, que acoge futbolísticamente a quien le sabe interpretar. De Dembélé no se espera timidez, sino todo lo contrario. Así se ha comportado desde que entró en el mundo profesional. Habrá que esperar. De momento Messi ha bendecido su llegada, de hecho su inquietud manifiesta respondía a la falta de reflejos de la directiva a la hora de rellenar el boquete deportivo producido tras la marcha de Neymar y nunca tuvo que ver con la firma de su renovación.
El Barça amplía a tres la nómina de jugadores franceses. Digne y Umtiti dieron la bienvenida a su compatriota. “Bienvenue Mosquito”, escribió el central.
La secretaría técnica perseguía su fichaje hace un año, cuando su precio era de 15 millones Dembélé , una de las esperanzas del fútbol francés, será el jugador más joven de la plantilla culé El Barça prepara ahora el fichaje de Coutinho y la inversión apunta a similar o incluso superior