El misterio de Susqueda.
La policía se centra en encontrar los cadáveres de los jóvenes en el pantano sin descartar que pudieran huir voluntariamente
Los Mossos buscaron ayer con un helicóptero y equipos de buzos indicios sobre qué ha podido pasar con la pareja de jóvenes desaparecida, cuyo coche hundido y vacío se halló en el pantano de Susqueda.
Demasiados interrogantes se ciernen sobre la desconcertante desaparición de dos jóvenes en el pantano de Susqueda sin que se dé con una respuesta certera. Hasta la fecha los hechos conocidos por los investigadores son los siguientes: el jueves los jóvenes fueron al pantano de Susqueda a pasar unos días de vacaciones para ir en kayac; el sábado sus familiares al no tener noticias denuncian su desaparición; el lunes se encuentra su coche en el pantano; el martes se reflota el vehículo en el que aparecen sus pertenencias (sacos de dormir, tienda de campaña, etcétera), así como unas notas personales, y también en un pedal del vehículo se halla una piedra.
Los Mossos d’Esquadra trabajan con todas las hipótesis abiertas aunque se centran en dos en concreto. Que los jóvenes fueran víctimas de un crimen, o bien, que huyeran de forma voluntaria sin dejar rastro.
Por el momento, los investigadores se decantan por la participación de una tercera persona en el suceso a pesar de que no se ha encontrado ninguna pista que apunte en esa dirección. En la zona por donde cayó el coche no se encontraron restos de sangre, ni señales que demuestren que los cuerpos pudieran ser arrastrados. Los investigadores se decantan por esta opción a partir de su propia experiencia ya que no consta ningún caso de suicidio en sus expedientes en el que los suicidas se deshagan del coche previamente. Por esta misma razón, los investigadores tampoco descartan que la pareja huyera sin querer dejar rastro y simulando ser víctimas de un crimen sumergiendo el vehículo en el pantano.
El mayor interrogante de este extraño suceso es el hundimiento del coche. Los Mossos tienen claro que cuando el turismo cayó en el pantano no había nadie dentro. Ayer, el propio conseller de Interior, Joaquim Forn, confirmó que alguien empujó el coche al pantano. Durante las tareas de reflotamiento se encontró una piedra en uno de los pedales que ahora se analiza si pudo ayudar a la sumersión del vehículo. Uno de los elementos que desconciertan a los investigadores es que la piedra estaba llena de barro por lo que no se descarta que pudiera entrar en el vehículo cuando ya estaba hundido aprovechando que una de las ventanas estaba abierta.
Para corroborar alguna de las dos hipótesis, el dispositivo de búsqueda se ha desplegado en dos ámbitos: uno sobre el terreno, en el interior del pantano o sus inmediaciones para tratar de localizar los cadáveres de los jóvenes, y otro en el campo de la investigación para seguir el rastro de la pareja en caso que hubieran huido.
En esta línea, los investigadores están en contacto con familiares y amigos para adentrarse en la situación personal de los jóvenes antes de perderles la pista. Su entorno asegura que los jóvenes no pasaban por ningún mal momento. Además, una de las propietarias de un bar cercano al pantano reconoció haber atendido a los jóvenes que se mostraron “muy alegres”. A nivel técnico, los Mossos detectaron que el último movimiento bancario realizado por ambos fue una extracción de poca cantidad de dinero en un cajero automático. Con semejante cuantía no pudieron ir muy lejos. Aun así, también se está revisando la geolocalización de sus teléfonos móviles y si previamente pudieron comprar billetes de avión.
De entre las pertenencias que se pudieron recuperar destacan un conjunto de poemas y canciones escritos por la joven. La última canción escrita, a pesar de que denota una cierta tristeza, los investigadores creen que no se trata de una nota de despedida.
La pareja del Maresme sacó poca cantidad de dinero de un cajero antes de que se les perdiera la pista