El ‘Harvey’ pierde fuerza al llegar a Luisiana, pero ya deja 31 víctimas
Los meteorólogos respiraron ayer aliviados al ver que el huracán Harvey se estaba debilitando al llegar al sudoeste de Luisiana mientras continuaba dejando intensas lluvias, también en el sudoeste de Texas. Los efectos de la tormenta se han llevado por delante ya 31 vidas y han provocado que al menos 32.000 personas necesiten refugio, informó ayer The New York Times citando fuentes oficiales. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha informado que la Guardia Nacional ha efectuado 8.500 rescates y que pronto 24.000 efectivos serán desplegados para aliviar los efectos del huracán.
De lo que se trata ahora es de recuperar la normalidad lo antes posible, pidió el alcalde de Houston, Sylvester Turner, que anteanoche se vio forzado a decretar el toque de queda en su ciudad –de 6 millones de habitantes– para evitar hurtos en las casas afectadas. Ayer instó al Gobierno federal a aprobar rápidamente los fondos para el Harvey, tal y como el presidente Trump ha prometido durante su visita.
Se espera que el coste del Harvey oscile entre 70.000 y 90.000 millones de dólares, la mayoría en el área metropolitana de Houston, donde sólo en el centro de convenciones hay 10.000 personas refugiadas. La mayoría de estas pérdidas no están aseguradas. En esta ciudad también se ha roto el récord de precipitaciones, con cantidades acumuladas de 130 centímetros, el máximo registrado en EE.UU. continental.
A la vez, se van conociendo poco a poco las historias desgarradoras que se ha llevado el huracán. Ayer se confirmó la muerte de una familia de seis miembros desaparecidos desde el domingo, y que fueron encontrados dentro de su camioneta en Houston. Se trataba de una pareja y sus cuatro hijos, de edades comprendidas entre los 6 y los 16 años. Además, las autoridades han hallado a una niña de 3 años tiritando aferrándose al cuerpo de su madre, ahogada en un canal sobrepasado en el sur de Texas mientras la mujer intentaba poner a salvo a su hija.