Aun diezmados, favoritos
Las numerosas bajas con que afronta la selección española el Eurobasket no impiden que siga figurando entre las grandes favoritas, incluso como la primera. Entre otras cosas, porque a todos sus rivales les faltarán también jugadores muy importantes. Un fenómeno desagradable y creciente, producto de dos causas: las lesiones, el cansancio, la necesidad (o conveniencia) de parar provocados por un calendario cada vez más exigente y la presión cada vez mayor de los clubs de la NBA sobre sus jugadores, entre los que año a año aumenta el número de europeos. Dos problemas a los que no se ve solución.
Pero al entrar en competición lo que cuenta son las presencias. Y en la selección española hay algunas de muchísimo peso. Para empezar, Pau Gasol, un sinónimo de medalla. Lo es casi en términos absolutos (diez en trece campeonatos disputados) y literalmente si nos ceñimos a los Europeos (seis de seis). En el exigente amistoso de Lituania, último de una preparación con evidentes altibajos pero sin más derrota que el día de la lesión-mazazo de Llull ante Bélgica, Pau volvió a demostrar que sigue siendo el jugador más determinante del baloncesto FIBA. Y recuperar a su lado a Marc, tras dos años de ausencia, supone una ayuda enorme. Ya no rechistan quienes proclamaban no hace tanto que, cuando jugaban juntos, los dos hermanos se quitaban espacio. Nada de eso. Es una bendición disponer de dos jugadores cuyos imponentes 2,16 m quedan pequeños ante su elevadísimo coeficiente intelectual de baloncesto.
Algo que la notoria progresión de otro pívot, Willy Hernángomez –ya más presente que futuro, como su hermano Juancho–, hace especialmente rentable. Ningún otro equipo puede compararse, ni de
Es una bendición tener a dos jugadores cuyos 2,16 m quedan pequeños ante su inteligencia
lejos, con la fortaleza interior del grupo español.
En cambio, lejos de la canasta hace mucho daño la baja de Llull, un jugador diferente y mejor cada día que pasa. Los bases tienen calidad de sobra, pero el necesario equilibrio del equipo exige contar con alguien que amenace consistentemente en el tiro exterior. Y este debe ser el papel de Abrines para que caiga el cuarto oro en cinco Europeos. Y que funcione la defensa, claro.