Patrimonio en litigio
Cultura anuncia más alegaciones y la DGA exige entrar en el museo de Lleida
Después del parón estival, la maquinaria judicial del conflicto de las obras de arte del monasterio de Sijena que mantiene enfrentados desde hace años a Aragón y Catalunya se ha puesto otra vez en marcha.
Entra en escena el Consorci del Museu de Lleida, donde están la Paeria, el Obispado y la Diputación
Uno de septiembre (se han acabado las vacaciones en los juzgados) y la maquinaria judicial del conflicto de las obras de arte que mantiene enfrentados desde hace años a Aragón y Catalunya se ha puesto otra vez en marcha. Ayer no era un día cualquiera para las dos partes que pugnan por esas piezas. Uno de los últimos fallos dictados en este conflicto (de un juzgado de primera instancia de Huesca) había ordenado mediante sentencia que parte de esas obras de arte (44 piezas del Monasterio de Sijena) debían de ser retornadas al templo aragonés. Se había marcado como fecha de ese retorno el pasado 31 de julio, pero como al día siguiente los juzgados iniciaban las vacaciones estivales, esa medida quedó en suspenso.
Así que ayer (uno de septiembre) desde Aragón se esperaba que Catalunya cumpliese con lo ordenado en esa sentencia. Y así lo hizo saber el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, a lo largo de la jornada. “Del mismo modo que Aragón lo tenía todo preparado para transportar el pasado 31 de julio esas 44 piezas al Monasterio de Sijena, hoy (por ayer) estamos en idénticas condiciones para acometer ese propósito”, se informaba desde la Diputación General de Aragón. Pero pasó el día y la única novedad fueron los anuncios, tanto desde Catalunya como desde Aragón, de nuevos recursos y alegaciones en los tribunales para defender sus respectivos intereses y posturas.
Ambas comunidades movieron nueva ficha casi al mismo tiempo. Mientras desde Lleida el conseller de Cultura, Lluís Puig –que ayer se trasladó desde Barcelona al museo en el que están depositadas esas piezas de arte– anunciaba la presentación de nuevas alegaciones ante la Audiencia de Huesca, las autoridades aragonesas informaban de la presentación de un nuevo escrito en el Juzgado de Huesca que entiende de este caso para reclamarle que autorizara con carácter inmediato la entrada en el Museu Diocesà de Lleida para proceder a la incautación y traslado de las 44 piesentencias zas al Monasterio de Justicia.
Una petición, la aragonesa, que era respondida por el conseller de Cultura catalán. “Haremos todo lo posible para que la foto de la Guardia Civil entrando en el museo de Lleida para llevarse esas obras de arte no se produzca. Esa imagen no beneficiaría a nadie”, afirmó Lluís Puig. Y hubo hasta una tercera petición ante los tribunales. Se trata del escrito que el Ayuntamiento de Sijena ha presentado también en el Juzgado de Primera Instancia de Huesca para que se declare “desierto y sin validez” otro recurso que la Generalitat ha presentado por su parte contra el fallo que obligaba el retorno de las piezas el 31 de julio.
La novedad, en la estrategia catalana, es que las nuevas alegaciones para conservar esas obras de arte se han presentado bajo el paraguas del Consorci del Museu de Lleida, donde están representados el Ayuntamiento de Lleida, el Obispado y la Diputación Provincial. Este paso, novedoso en el proceso, se ha podido dar después de que una de las últimas dictadas en Huesca reconociera que el Consorci forma también parte de este proceso, por ser el depositario de las obras de arte y por su responsabilidad en la gestión del mismo. Se ha abierto, por lo tanto, una nueva brecha judicial con un actor nuevo en el proceso.
El conseller de Cultura se esforzó ayer en Lleida por transmitir un mensaje conciliador con la intención, se presume, de calmar los ánimos en este eterno conflicto. Puig no concretó el contenido de las alegaciones que esperan presentar en siete u ocho días contra la sentencia de Huesca que ordena el retorno inmediato de las piezas a Sijena, pero sí se mostró esperanzado en “un final bueno” de este conflicto. Y reiteró que disgregar esta colección de arte que reclama Aragón “abriría la caja de los truenos de otras obras de arte que se exhiben fuera del lugar en el que fueron expuestas en su inicio”.
Pero lo cierto es que el conflicto parece estar condenado a no resolverse, al menos por el momento, a no ser que haya una intervención policial. Aragón es lo que reclama desde hace semanas amparándose en una sentencia, que desde Catalunya se sostiene todavía no es firme al caber la posibilidad de la presentación de recursos contra esa resolución. Desde la Conselleria de Cultura se insiste, por otro lado, que esas obras están además protegidas por una resolución administrativa que las consideró en su día como una colección catalogada.
A partir de ahora se vuelve a retomar la carrera judicial, aunque las vacaciones de verano no parece que hayan servido para acercar posturas o potenciar el diálogo fuera de los tribunales