Inteligencia artificial y humanidad
La inteligencia artificial y la humanidad ya son inseparables. Actualmente, se considera una herramienta indispensable para apoyar a las personas en todos los aspectos de la vida. Los móviles, ordenadores, asistentes personales, etcétera, son sistemas que ya incorporan inteligencia artificial y que, junto con la internet de las cosas, nos posicionan, nos hacen recomendaciones y nos ayudan a decidir. También tenemos inteligencia artificial en otros sistemas autónomos, como robots que se mueven en entornos reales en las cadenas de producción, e, incluso, en los hospitales, con robots que ayudan en las operaciones quirúrgicas.
Sin embargo, los humanos miran con inquietud la evolución de la inteligencia artificial y aún no ven claramente qué efectos tendrá en los negocios, en las organizaciones y, en general, en la toma de decisiones. Además, observan con temor que las máquinas y los sistemas inteligentes aprendan, y piensan que estos sistemas evolucionados eliminarán puestos de trabajo y conducirán inevitablemente a unos altos índices de paro.
Durante la evolución de la inteligencia artificial, los temas más importantes han sido los sistemas expertos, el aprendizaje automático, el lenguaje natural, el razonamiento, la percepción y el reconocimiento de imágenes. Hoy, los avances impulsados por el acceso más fácil a los datos, las redes y la potencia computacional han propiciado un resurgimiento destacado y un interés creciente por la inteligencia artificial y, en concreto, por los temas relacionados con el aprendizaje artificial. ¿Son, pues, estos sistemas los que nos hacen prever realmente un futuro incierto?
¿Qué tenemos que hacer a fin de que esta convivencia que ya se produce entre los humanos y los sistemas de inteligencia artificial no sea preocupante? En primer lugar, hace falta que los sistemas inteligentes sean explicativos, que podamos entender e interpretar los resultados que se obtienen y tener respuesta a preguntas como: ¿por qué has hecho eso de esta manera?, ¿cómo es que se ha obtenido este resultado? Este es un punto clave para facilitar la coexistencia. Y, en segundo lugar, la interacción: que podamos comunicarnos con los sistemas inteligentes, ya sea en lenguaje natural o simbólico. Eso permitirá la interpretación y la creación conjunta (cocreación) de soluciones a problemas complejos.